BISSAU, 29 octubre 2003 (ZENIT.org).- Reconstruido tras la guerra civil, el hospital «Comunidad de San Egidio» ha reanudado su actividad en Bissau con servicios hasta el momento inaccesibles para la población.
En efecto, desde el 20 de octubre se ofrecen consultas ambulatorias, radiología y análisis en el centro en cuya reconstrucción la Comunidad ha volcado sus esfuerzos, consciente de que representa un gran progreso para la salud de Guinea Bissau.
«Nos sentimos al comienzo de una gran aventura –reconoce la Comunidad de San Egidio en un comunicado–: en poco tiempo, se desarrollará el tratamiento de la malnutrición en los niños; después se pondrá en marcha el programa DREAM para el cual se han construido locales especiales».
El proyecto DREAM (Drug Resources Enhancement against Aids in Mozambique), promovido por «San Egidio», es un curso de formación internacional contra el Sida orientado a médicos, enfermeras, asistentes sociales y biólogos.
La Comunidad de «San Egidio» ha podido constatar el entusiasmo del personal del hospital y de los pacientes con la actividad del hospital, que representa «un paso significativo de la “resurrección de África”» y «un importante signo para un país con muchísimos problemas en donde la mayor parte de la población vive en un estado de enorme pobreza».
El 25% de la población de Guinea Bissau –aproximadamente 1.200.000 habitantes— reside en la capital del país, uno de los más pobres del mundo.
Prácticamente un niño de cada cuatro muere antes de cumplir cinco años. La cuota de los neonatos de bajo peso supera el 20%, la más elevada entre los países de África Occidental.
Según los datos proporcionados por «San Egidio», la expectativa de vida está en torno a los 43 años. También a causa de la malnutrición, la tasa de difusión de la tuberculosis es de 158,4 por 100.000 habitantes. Sólo el 42% de la población tiene acceso a agua potable.
«San Egidio», «asociación pública de laicos de la Iglesia», está formada aproximadamente por 40.000 personas en más de 60 países de diferentes continentes. Sus comunidades distribuidas por el mundo comparten la misma espiritualidad y los mismos pilares que caracterizan el camino de San Egidio: la oración, la comunicación del Evangelio, la solidaridad con los pobres, el ecumenismo y el diálogo como vía de la paz.