El pontífice intervino de este modo sobre el debate que ha surgido en Italia tras la decisión hecha pública este sábado por un juez de ordenar que se quite el crucifijo de una escuela a petición del militante de un partido fundamentalista islámico.
El ministro de Justicia, Roberto Castelli, ha abierto una investigación administrativa contra el juez, Mario Montanaro, de 33 años, pues en Italia la exposición del crucifijo en lugares públicos está prevista por la ley. Representantes de la comunidad islámica en Italia se han opuesto a la sentencia del juez.
Al dirigirse a los peregrinos italianos presentes en la audiencia general, el pontífice les invitó a «ser constructores de la civilización del amor, de la que es símbolo elocuente la cruz de Cristo, manantial de luz, de consuelo y de esperanza para todos los hombres de todos los tiempos».
En la primera página de la edición diaria en italiano de «L’Osservatore Romano» de este miércoles se recogen testimonios contra la orden judicial de retiro del crucifijo en las aulas de clase de la escuela pública de un pueblo de la región de Aquila, en el centro de la península.
El título con el que se presentan los testimonios afirma: «No dejaremos que nos quiten la cruz».