CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 marzo 2004 (ZENIT.org).- Jim Caviezel, el actor que interpreta el papel de Jesús en la película «La Pasión de Cristo» de Mel Gibson ha agradecido a Juan Pablo II su testimonio, que según afirmó, ha sido de profunda inspiración para su vida.
Caviezel reveló este martes a un grupo de periodistas que, en el encuentro que mantuvo el lunes con el Papa, hablaron –entre otras cosas– de la Carta que el Santo Padre escribió a los artistas, pues, según dijo, ha sido un escrito que le ha ayudado en su vida de actor y católico.
El resto es «privado», afirmó Caviezel, en una larga conversación que mantuvo con varios corresponsales en el Vaticano, entre los que se encontraba un enviado de Zenit.
La audiencia tuvo lugar en la biblioteca privada del Papa. «No sabría decir cuánto duró», reconoció Caviezel, pues confesó que en ese momento no prestaba atención al reloj, sino que estaba absorto en las palabras del Santo Padre.
Según ha podido comprobar Zenit por alguna de las fotos tomadas durante el encuentro, Juan Pablo II regaló a Jim Caviezel un Rosario. Caviezel se encontraba sentado en frente del escritorio del Papa, al lado de su esposa.
«Juan Pablo II es un hombre muy especial para un mundo muy especial. Es el Papa de Fátima», afirmó Caviezel en referencia a la explicación dada por la Santa Sede al así llamado tercer secreto de la Virgen confiado a los tres pastorcillos portugueses. «El Papa es un místico. Ama a Cristo»,
Por lo que se refiere al director de la película, Caviezel dijo: «Mel Gibson es muy católico».
«Conozco a muchos famosos. Muchos se dicen católicos pero no siguen al Vaticano, en cuestiones como la vida, o la pena capital», constata.
«Cuando usted ve la película de Mel Gibston. ¿Es protestante? ¿Es musulmana? ¿Es católica? ¿Qué ves? Es muy católica, muy universal. Es una gran manera para introducir a la gente en lo que significa «católico»: es universal, para todas las personas, de todos los tiempos».
Para Caviezel rodar la película fue una «auténtica experiencia espiritual». «No puedes ver lo que se representa y quedar indiferente», reconoció. Mucho menos, dijo, si como actor penetras en el personaje para dar lo mejor de ti mismo.
Al interpretar a Cristo, Caviezel se decía en su interior «No quiero que me vean a mí, yo sólo quiero que vean a Jesús».
Para llegar a esta experiencia, añadió, «comencé con el Rosario. El Rosario me llevó a la Confesión, la Confesión me llevó a la Eucaristía diaria, y cuando llevaba la Eucaristía en mi cuerpo, sentía que era más como Cristo».
El actor también respondió a las acusaciones que algunos grupos habían hecho a la película de antisemitismo. En cuanto creyente, dijo, «soy semita. Es mi linaje. Procedo de la casa de David y de Abraham», y revela que ha propuesto a compatriotas judíos hacer una película sobre Moisés, o sobre David. Si alguien dice que la película es antisemita, también la Biblia debería ser antisemita, dijo.
Jim Caviezel presentó este lunes la proyección de la película «La Pasión de Cristo» a algunos eclesiásticos que viven en Roma en el Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum».