KATMANDÚ, jueves, 3 junio 2004 (ZENIT.org).- El nuncio apostólico en la India y Nepal, monseñor Pedro López Quintana, ha inaugurado en Nepal el primer Centro Pastoral Católico –dedicado a San Juan María Vianney—, un acontecimiento en el que también participaron hindúes.
Situado en Godavari, a 15 kilómetros al sur de la capital, Katmandú, el centro está formado por dos edificios en unos 5 mil metros cuadrados de terreno. En uno se desarrollarán actividades pastorales: acogida de grupos, catequesis y formación de jóvenes y adultos.
El otro edificio acogerá la sede y las oficinas del Pro-prefecto apostólico en Nepal, el padre Pius Perumana, el personal que trabaja allí y cuatro religiosas Adoratrices del Santísimo Sacramento, una congregación originaria de Kerala (la India).
Monseñor López Quintana se trasladó de Nueva Delhi a Nepal para la inauguración, y durante tres días visitó a la comunidad católica local, a la que definió como «una Iglesia pequeña pero llena de entusiasmo», recogió el lunes la agencia de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos «Fides».
Más de 80 personas, entre fieles, religiosos y religiosas, acudieron a la celebración Eucarística de inauguración, y numerosos hindúes de las aldeas cercanas se unieron a la fiesta posterior.
En cambio, otros muchos católicos no pudieron llegar al lugar a causa de la militarización del territorio nepalí, donde, por los continuos ataques y secuestros de la guerrilla maoísta, hay distribuidos numerosos controles y puestos militares.
A pesar de los riesgos que conlleva actualmente la labor pastoral, sacerdotes, religiosas y fieles laicos católicos que trabajan en Nepal continúan con su compromiso, sobre todo en el campo de la educación.
En este pequeño estado montañoso de El Tibet, hay cerca de 6.000 católicos atendidos por padres jesuitas y algunas congregaciones religiosas femeninas bajo la jurisdicción de la misión instituida en 1983 –separando el territorio de la diócesis de Patna (la India) y confiándolo a los jesuitas– y elevada a Prefectura Apostólica en 1996.
Las misiones y escuelas católicas en Nepal han padecido mucho en los últimos años a causa del enfrentamiento entre el gobierno y los rebeldes maoístas, una guerra civil que en siete años ha provocado cerca de 9.000 muertos. Según fuentes gubernativas, la guerrilla maoísta ha secuestrado a más de 1.000 civiles
Sometidas a amenazas, tres escuelas católicas en distritos de montaña tuvieron que cerrar durante dos años. La Iglesia católica dirige en Nepal 23 escuelas frecuentadas también por alumnos no cristianos.
Además facilita la instrucción de más de 35.000 prófugos del reino budista de Bhután (montañas del Himalaya) que se encuentran en los campos de refugiados del Nepal oriental, asistidos desde 1993 por el «Servicio Jesuita para Refugiados».
En el país, de unos 25 millones y medio de habitantes –6.000 son católicos— los hindúes forman el 86,2% de la población, los budistas el 7,8% y los musulmanes el 3,8%.
La Iglesia católica carece aún de reconocimiento jurídico en el país y el gobierno la considera una «Organización No Gubernamental» (ONG). Además, una restrictiva ley anti-conversiones dificulta la actividad de evangelización.