«Cáritas» de América Latina y del Caribe: «Carta de Lima»

Tras el I Encuentro de Cooperación Solidaria y Emergencias

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LIMA, viernes, 8 julio 2005 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración firmada el sábado pasado por los directores nacionales y responsables de emergencias de las Cáritas de América Latina y el Caribe al término del I Encuentro de Cooperación Solidaria y Emergencias que acogió Lima (Perú).

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Carta de Lima

Transformando la muerte en vida y esperanza

A todas las personas de paz y buena voluntad

Los directores nacionales y responsables de emergencias de las Cáritas de América Latina y el Caribe, provenientes de 22 países del continente, y junto a responsables de «Cáritas Internationalis» y de «Catholic Relief Service» (CRS), nos hemos reunido en Lima (Perú), el 1 y 2 de julio de 2005, en nuestro «Primer Encuentro de Cooperación Solidaria y Emergencias».

Mediante esta carta queremos compartir con ustedes lo más esencial de nuestras reflexiones, las que han sido marcadas fuertemente por desastres reciente generados por la naturaleza y por la intervención humana.

Nuestro dolor

En nuestra retina aún están frescas las imágenes de las inundaciones de Haití y República Dominicana, del tsunami de Asia y del terremoto del norte de Chile, entre otras.

Pero también nos compadecemos a diario de los desastres provocados por el modelo neoliberal que no sólo afecta al medioambiente, sino además la vida de los más pobres, incluso en medio de graves situaciones internas. Ejemplos indeseados de esto son la crisis social y política de Bolivia y el conflicto armado de Colombia.

Valores

Esta situación de vulnerabilidad estructural afecta profundamente la vida de 220 millones de personas que en América Latina y el Caribe viven en la pobreza extrema. Es por ello, que el arco de la alianza está temblando. La alianza entre los seres humanos y la alianza de éstos con la naturaleza. Todo esto afecta nuestra alianza con Dios, quien nos mira como lo hizo con Caín, y nos pregunta: «¿Dónde está tu hermano?». ¿El hermano hombre? ¿La hermana mujer? ¿La hermana naturaleza?

Tenemos certeza que –como Pastoral Social-Cáritas– queremos responderle con nuestra acción solidaria ante las emergencias. Por eso cumplimos un importante rol en la evangelización, acentuando la dimensión social del Evangelio y construyendo signos del Reino en nuestro continente.

La Iglesia toda no puede quedar ausente de este desafío. Ya Juan Pablo II nos señaló que «toda catástrofe engendra situaciones de miseria humana y necesidades que constituyen un desafío y una llamada que la Iglesia no puede ignorar, y que le obliga de algún modo a brindar un servicio de solidaridad aportando los socorros materiales y espirituales que requieran su situación». Las Cáritas sin excepción nos esforzamos día a día en transformar los factores de muerte en signos de vida y esperanza.

Desarrollo humano

Por ese motivo, a todos los actores del campo de las emergencias les pedimos seguir acentuando las acciones de desarrollo, de modo que junto con respetar las culturas de nuestros pueblos y comunidades, sean colaboradores de su protagonismo a fin de reducir efectivamente los riesgos ante las amenazas naturales y sociales.

Hoy más que antes enfrentamos el desafío de incidir en nuestra sociedad para que existan sistemas públicos de prevención sólidos que no sólo contribuyan con alertas tempranas a prevenir las emergencias, sino que atiendan las causas de las vulnerabilidades de los sectores pobres, ésos que se ven obligados a construir sobre arena porque a la roca le han puesto precios inalcanzables.

Compromisos

Ante esta realidad que nos hace vivir permanentemente en emergencia, nos comprometemos a:

* Reflexionar y analizar con frecuencia las condiciones que generan la vulnerabilidad de los más pobres

* Incorporar en nuestro trabajo la perspectiva de gestión de riesgos para construir modelos de autogestión solidaria en la prevención y atención de emergencias, los que en definitiva posibilitan la promoción humana integral

* Consolidar los equipos institucionales y comunitarios de gestión de riesgos, trabajando en forma coordinada como red nacional, zonal, regional y mundial

* Compartir las experiencias para retroalimentar nuestras acciones y fortalecer nuestras comunicaciones e

* Incidir en las políticas públicas para acabar con la violencia y el militarismo, y mejorar la atención a las poblaciones vulnerables.

El Señor de la Vida, que no abandona a su pueblo ni lo castiga con estas catástrofes, está de nuestro lado. Y por intermedio de nuestra Patrona de América, la Virgen de Guadalupe, le imploramos su protección y confiamos nuestra esperanza para que venga su Reino.

La paz, que es fruto de la justicia, esté con ustedes.

Los directores nacionales y responsables de emergencias
de las Cáritas de América Latina y el Caribe

Lima, 2 de julio de 2005.

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ZENIT Staff

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