CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 6 octubre 2005 (ZENIT.org).- La adoración de la Eucaristía está siendo uno de los temas más tratados en el Sínodo de los Obispos que se celebra hasta el 23 de octubre en el Vaticano, ofreciendo experiencias procedentes de varios puntos del planeta.
Los mismos obispos participantes han detectado la necesidad de tener ellos mismos momentos de adoración eucarística. Durante una hora en la mañana y una hora en la tarde, en una capilla del edificio del Aula del Sínodo se expone el santísimo a la adoración de los participantes. Además, el 17 de octubre habrá un acto de adoración conjunta.
Según el obispo de Lourdes y Tarbes, monseñor Jacques Perrier, la adoración eucarística ha sido un auténtico «descubrimiento» (ni siquiera un redescubrimiento) para muchos jóvenes católicos franceses, como lo demostraron los que participaron en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Colonia
El prelado reconoció que la adoración, si no es bien entendida, podría comprender algunos «riesgos»: vivir la fe de modo «individualista y poco eclesial»; no saber expresar la fe, pues la adoración se realiza en ausencia de palabras; «descuidar los demás modos de la presencia, reales aunque distintos, de Cristo resucitado», en los hermanos, en los pobres, etc.
Ahora bien, monseñor Perrier subrayó en su intervención que el éxito de la adoración entre los jóvenes se puede explicar porque «no pueden vivir sin imágenes» y señaló que la adoración tiene «la inmensa ventaja de ser vivida como un cara a cara», evitando así que el cristiano caiga en «la trampa de la introspección».
En México la adoración eucarística tiene un seguimiento fuerte, tal y como afirmó el obispo José Guadalupe Martín Rábago, obispo de León y presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana. En su intervención reveló que «la adoración nocturna sigue viva, pero sorteando muchas dificultades como resultado de la secularización de las costumbres». En México hay más de 4 millones de adores nocturnos.
Según monseñor Martín Rábago, «urge lograr una renovación de la Adoración Nocturna que, respetando su estilo, le permita integrar esquemas de oración más adaptados a la sensibilidad espiritual de nuestro tiempo».
En representación de Vietnam, monseñor PierreTrân Dinh Tu, obispo de Phú Cuong, expuso que en su país «se pide a las parroquias que construyan salas de adoración fuera de la iglesia y organicen adoraciones permanentes durante varias horas al día. Ya hay muchas parroquias que siguen esa práctica».
Antes de ayer dos obispos indios ilustraron también como la práctica de la adoración nocturna, especialmente en familia, está en auge. En particular el cardenal Ivan Dias, arzobispo de Bombay, explicó que la adoración eucarística se ha convertido en un medio para que se acerquen a la Iglesia hindúes y protestantes.
Según contó el informador del Sínodo para los periodistas de habla inglesa, el padre John Bartunek, L.C., en la sesión de ayer de preguntas libres un obispo recordó la importancia de la adoración también en los monasterios femeninos y agradeció la vida contemplativa.