NUEVA YORK, jueves, 6 octubre 2005 (ZENIT.org).- Más de 600 millones de personas superan los 60 años –cifra que como mínimo se habrá triplicado en el año 2050–, una constatación que ha llevado al observador de la Santa Sede ante la ONU a alertar desde Nueva York sobre la importancia de promover el respeto a los ancianos y prevenir su «estigmatización y exclusión».
Ya el hecho de que «la gente ahora vive más tiempo requiere replantearse el papel de los mayores en la sociedad y en el proceso de desarrollo», subrayó el martes el arzobispo Celestino Migliore en su intervención en la Tercera Comisión de la 60ª Sesión de la Asamblea General de la ONU.
Por ello sería adecuado «crear una amplia variedad de oportunidades para hacer uso» del «potencial» y «experiencia» de las personas mayores, una aproximación que, de acuerdo con el prelado, «les permitirá permanecer conectados a la sociedad» «y seguir dejando huella en el mundo», ya sea en el ámbito laboral o de voluntariado.
Y es que dar lugar a los mayores, «empezando por el sencillo y continuo aprecio de su presencia por parte de su propia familia, prevendrá su estigmatización y exclusión», recalcó.
El arzobispo Migliore indicó la importancia «de que la disponibilidad y el acceso a la atención sanitaria primaria de las personas mayores esté integrada en un proceso más amplio de desarrollo, con hincapié en sus necesidades médicas específicas y nutrición adecuada».
Igualmente recordó que «una pensión social básica y la protección de los derechos de pensiones son caminos importantes para alcanzar y apoyar a los mayores».
Y si bien «la protección social de los mayores es una responsabilidad principal de los gobiernos y las instituciones privadas», el arzobispo Migliore subrayó «que la Santa Sede reafirma el importante papel también de la familia en su seguridad total, así como en la salud mental, física y espiritual».
«Por su parte, la Santa Sede ofrece su apoyo a personas mayores en diversos programas de asistencia»; actualmente «agencias y organizaciones católicas en cada continente cuidan de ancianos en más de 13.000 instalaciones, incluyendo más de 500 centros en África, 3.000 en América y 1.400 en Asia», enumeró.
Reiterando que «los programas de seguridad social y beneficios médicos son esenciales», el prelado subrayó la postura de la delegación vaticana, que hace hincapié en lo importantes que son «compasión, amor, respeto, aprecio y afecto por los mayores».
«Alentamos a los gobiernos a enseñar en las escuelas estos valores respecto a los mayores, a los miembros de la sociedad civil a ejercerlos en sus casas y a que tales valores sean continuamente promovidos en los medios», expresó.
Una petición reforzada por la estimación «del espectacular aumento del número de ancianos para el 2050», «tanto en países desarrollados como en desarrollo», a causa del bajo crecimiento de población, alertó finalmente.