El infinito, entre ciencia y Creador

Congreso en la Universidad Pontificia Lateranense

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ROMA, 7 de noviembre de 2005 (ZENIT.org).- ¿El Universo es finito o infinito? ¿Se puede medir? Y ¿qué hay más allá del Universo? ¿En qué medida la mente humana puede comprender el infinito de Dios? ¿Cómo se conjuga la realidad terrena con el trascendente?

Preguntas difíciles a las que tratará de responder un grupo de autorizados científicos, reunidos en Roma del 9 al 11 de noviembre, en la Universidad Pontificia Lateranense (PUL), en el congreso internacional «El Infinito en la ciencia, la filosofía y la teología» (www.stoqnet.org/stoq05/index.html).

Para profundizar un tema de tal alcance, Zenit ha entrevistado a monseñor Gianfranco Basti, profesor de Filosofía de la Ciencia y de la Naturaleza, director del Proyecto STOQ, promotor del congreso.

–¿El Universo es finito o infinito, dónde empieza el más allá?

–Monseñor Basti: Es una pregunta a la que es difícil responder. Pero si el Universo fuera infinito, sería una infinidad virtual porque se trata de una realidad dinámica, no estática.

Hay una diferencia entre el infinito de la creación, que es virtual, y el infinito de Dios que es actual. No se puede confundir el plano objetivo con el trascendente.

Pero no hay contraposición entre los dos planos, porque el infinito virtual es una noción que no contrasta sino que está perfectamente de acuerdo con la actualidad de Dios, y concuerda con la tradición teológica más pura; basta leer a san Agustín y a santo Tomás para encontrar esta sintonía.

–La cultura dominante relativiza el infinito y, de este modo, deja de lado la concepción de Dios.

–Monseñor Basti: Es verdad en cuanto a la cultura dominante pero, en la cultura de base, la búsqueda del infinito y de Dios aumenta y goza de óptima salud.

A esta cultura de base pertenecen muchos científicos. Hoy es difícil encontrar un científico que se cierre totalmente al discurso de la hipótesis de Dios. Se está produciendo un renacimiento del sentido de Dios, muy difundido, en el que participan un gran número de científicos.

Actualmente, la ciencia sabe que puede hablar sólo de lo que es finito, mientras que el infinito ha sido desplazado al campo de lo virtual.

El debate era ya intenso en el siglo XIX, cuando el gran matemático alemán Georg Cantor (1845-1918) intentó calcular el infinito. Se pensaba que el infinito de Dios se había hecho inmanente en la matemática, y Cantor se rebeló contra esta interpretación porque era creyente.

Esto prueba la manipulación de un cierto inmanentismo que trataba de reducir a Dios a lo que era tratable científicamente, por ejemplo, el infinito matemático.

–En el mundo avanzado, sobre todo en Europa, asistimos a una crisis de inscripciones en las facultades científicas. ¿Cómo puede contribuir este congreso al progreso científico?

–Monseñor Basti: La crisis de inscripciones en las facultades científicas es un dato preocupante. Yo doy clases en una facultad humanística pero promuevo las facultades científicas porque es muy grave que se deje de estudiar la ciencia.

Cuando yo llevaba apenas dos años como joven sacerdote, Juan Pablo II fue a Colonia, reunió a los científicos y dijo que, más allá de la cuestión de Galileo, el papel de la Iglesia es el de promover la cultura científica como búsqueda de la verdad. De este modo, el pontífice presentó a la Iglesia como defensora de la ciencia.

Esta intervención se cita poco, pero todas las personas de buena voluntad deberían sentirse comprometidas a que vuelva a aflorar la ciencia, porque los científicos auténticos son aliados y no enemigos de quien busca la verdad.

–Por tanto, usted sostiene que la búsqueda del infinito por parte de la ciencia favorece la búsqueda de Dios.

–Monseñor Basti: Exactamente. Y, para darle un ejemplo, le revelo que muchos de los grandes científicos que hablarán en el congreso no estaban en nuestra agenda, se han ofrecido ellos, han querido intervenir en el congreso porque tienen un gran interés en debatir sobre el infinito.

Hay muchos congresos científicos en el mundo, pero casi ninguno afronta temas de fondo como el del infinito. El congreso tiene también repercusiones prácticas concretas en relación a los modelos de cálculo.

Resolver ciertos problemas del infinito significa resolver ciertos problemas de cálculo. No se tiene fácilmente oportunidad de debatir sobre el infinito en estos términos, y nosotros se la hemos dado.

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ZENIT Staff

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