ROMA, lunes, 14 de noviembre de 2005 (ZENIT.org).- El arzobispo de Salerno, sur de Italia, monseñor Gerardo Pierro proclamó oficialmente el 11 de noviembre la «curación milagrosa» de una mujer, que hoy tiene 90 años, acaecida en Lourdes en 1952.
Se trata del «milagro» número 67 oficialmente reconocido por la Iglesia católica acaecido en la ciudad francesa de las apariciones de la Virgen María.
La enferma, Anna Santaniello, sufría desde su infancia una malformación cardiaca, declarada incurable por los médicos. Al cumplir los cuarenta años, su estado de salud empeoró gravemente y, a pesar del parecer contrario de los médicos y de su familia, decidió viajar a Lourdes.
Esta malformación le impedía caminar y hablar claramente. Asimismo, le causaba cianosis en la cara y edemas en las extremidades inferiores.
Según ha explicado al diario de «La Città» de Salerno, «ya casi no lograba respirar y le dije a mi hermano que mi último deseo era ir a Lourdes», a donde llegó «viva aunque en camilla».
Las religiosas la introdujeron en la piscina y «el agua estaba helada –cuenta–, pero sentí inmediatamente algo que hervía en el pecho, como si me hubieran restituido la vida. Después de pocos segundos, me levanté con mis propias fuerzas y comencé a caminar, rechazando la ayuda de los camilleros, que me veían con incredulidad».
Al regresar a casa, pidió consulta a un ilustre cardiólogo de aquella época, quien «me dijo que no tenía nada, que estaba sanísima y que no podía explicarse todo los certificados y exámenes hechos precedentemente».
Anna Santaniello ha vuelto en otras ocasiones a Lourdes para ofrecer su servicio como voluntaria en la ayuda a los enfermos.
En la ceremonia de proclamación del milagro, en el seminario metropolitano «Juan Pablo II» en Pontecagnano, participó Anna Santaniello, acompañada por sus familiares y amigos.