El impacto de la manifestación contra la reforma educativa en España

Según José Francisco Serrano, redactor jefe del semanario «Alfa y Omega»

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MADRID, miércoles, 16 de noviembre de 2005 (ZENIT.org).- ¿Logró el impacto deseado por los participantes la manifestación del pasado 12 de noviembre contra el proyecto de reforma educativa que promueve el gobierno español?

Zenit ha planteado la pregunta a José Francisco Serrano Oceja, redactor jefe del semanario «Alfa y Omega», director de «Análisis Digital» y profesor de comunicación en varias instituciones universitarias de la Iglesia. Estas son sus respuestas.

–El tono del primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero ha cambiado tras la manifestación. Convoca una reunión que hasta ahora había rechazado. ¿Ha logrado la manifestación su impacto deseado?

–José Francisco Serrano: Es muy complejo, en este momento, saber cuáles son los efectos reales que ha producido o va a producir la manifestación. Podríamos pensar que los efectos de más calado vendrán a largo plazo.

Podríamos pensar que, primero, se ha echo evidente un descontento generalizado en un amplio sector de la sociedad española respecto a las políticas sociales y culturales del gobierno de Zapatero que, por otra parte, son su diferencia específica. No podemos ser reduccionistas a la hora de adscribir a los que estuvimos en la manifestación a un perfil sociológico determinado. Yo me encontré con personas que no responden al cliché de «católicos y de derechas». Ni mucho menos. Allí hubo muchas personas que lo que reivindicaban es una política del gobierno socialista que no ponga en riesgo la libertad. Cuando hablamos de educación, de leyes educativas, estamos hablando de libertad. Tampoco eran sólo de Madrid. España entera se movilizó para la manifestación del pasado sábado.

Segundo, nos encontramos en el tiempo de las interpretaciones, de los comentarios, de las consecuencias políticas, sociales y culturales. Lo que no se puede negar es que una de las finalidades por las que las organizaciones educativas convocaron la manifestación se ha cumplido: hacer público el descontento social ante un proyecto de ley que no respeta los principios básicos de la libertad de enseñanza de los padres. No debemos dejarnos llevar por la inercia de las opiniones que quieren rodear a lo que ocurrió el pasado sábado con una cortina de humo; ni tampoco debemos quedarnos satisfechos con la foto de un diálogo que, hasta el presente, ni ha existido ni parece que va a existir.

–Medios de comunicación afines al gobierno presentaron esta manifestación como organizada por los obispos. Sin embargo, los organizadores fueron representantes de la sociedad civil y dos millones de personas no son obispos. ¿Hay algo que no ha entendido todavía el gobierno sobre lo que hay detrás de la manifestación?

–José Francisco Serrano: Los obispos han actuado, en todo el proceso del proyecto de Ley Orgánica de Educación ejemplarmente. Con prontitud hicieron un juicio moral, que no político, de los fundamentos teóricos sobre los que se sustentaba la propuesta de Ley. No debemos olvidar que ese juicio moral, pre-político, responde a una necesidad y a una demanda de los católicos sobre la realidad social y de muchos hombres de buena voluntad. En lo que afecta a los acuerdos Iglesia-Estado, han mantenido una disposición, no siempre respondida por el gobierno, de diálogo y de colaboración en la búsqueda de soluciones reales, no estratégicas. Y, sobre todo, han manifestado, una vez más, lo que la Iglesia en España ha venido haciendo desde hace mucho tiempo: una pedagogía de la libertad. La Iglesia católica ha contribuido de forma significativa a esta pedagogía de la libertad que ha calado en lo profundo del pueblo español, sujeto de derechos y de deberes, y que se han articulado en un texto constitucional que, sin duda, mantiene una vigencia indiscutible.

Esta pedagogía de la Iglesia, en la historia reciente, ha hecho que, ante la gravedad de los problemas con los que nos enfrentamos los católicos españoles en este momento, se articule un pueblo, una comunidad una sus fuerzas y sus esfuerzos en una reivindicación legítima.

Nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos. El tradicional individualismo que caracteriza a los españoles se ha roto, en los últimos tiempos, ante la percepción de una amenaza generalizada con las políticas sociales que propone el Gobierno socialista y con su proyecto de estatalización y de laicización de la sociedad. En este sentido debemos, incluso, agradecer a los obispos su liderazgo que ha tenido una amplia repercusión social.

–¿Qué hace falta para que todo esto no se quede en la manifestación de un día, sino que tenga un seguimiento?

–José Francisco Serrano: Necesitamos seguir despiertos, llenar a paladas el vacío que representan las políticas sobre el hombre del gobierno de Zapatero. Todo vacío tiende a llenarse, y si no hablamos nosotros, alguien hablará por nosotros. Lo que hace falta es que crezca una conciencia de realismo en los católicos españoles y unos medios de comunicación que articulen y actualicen esa conciencia.

La complejidad de los problemas, de las políticas del gobierno socialista, y sus efectos nefandos, necesita una mayor claridad de juicio moral, social, cultural, por parte de los católicos.

Es además el tiempo de la unidad de los católicos frente a las amenazas sistemáticas que quieren vaciar el sustrato de fe del pueblo español. Son necesarios, si cabe, los medios de comunicación paraguas de la libertad. Son necesarios los intelectuales para que nos saquen de la superficialidad del presente y nos ayuden a mirar el fondo de la actualidad.

Y es necesario el testimonio y la presencia de los obispos, padres y pastores, en lo específico de su ministerio. Necesitamos y damos gracias a Dios por tener a Benedicto XVI, permítaseme la frase, no sólo con nosotros sino en nosotros.

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ZENIT Staff

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