Organizaciones católicas piden proteger a los niños haitianos

Para prevenir el tráfico de víctimas del terremoto

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WASHINGTON, D.C., miércoles 10 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- Diversas organizaciones católicas se han unido para escribir una carta pidiendo que se lleven a cabo programas de protección infantil sobre el terreno para preservar a los menores no acompañados en Haití de caer víctimas de traficantes de personas.

La carta, publicada el viernes por la conferencia de obispos de los Estados Unidos, propone varios puntos de actuación para ayudar a los huérfanos o niños que están solos como consecuencia del terremoto del 12 de enero.

Fue enviada a la secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton; a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y a la secretaria de Servicios de Salud y Humanos, Kathleen Sebelius.

“La compasión de las personas de los Estados Unidos ha sido evidente en su respuesta a los niños haitianos que se han quedado solos después del terremoto, que incluye muchos ofrecimientos para adoptar un niño que haya perdido a sus padres en la tragedia”, indica la carta.

Está firmada por el embajador Johnny Young, director ejecutivo de los servicios de Migración y Refugiados de la conferencia de obispos; por Maria Odom, directora ejecutiva de la Red Católica de Inmigración Legal; por el padre Larry Snyder, presidente Catholic Charities; por Ken Hackett, presidente de la Catholic Relief Services, y por Johan Ketelers, secretario general de la Comisión Internacional Católica de Migración.

“Como proveedores de servicio social con experiencia en el trato de menores no acompañados, creemos que ciertos procesos deberían establecerse antes de que llevar a estos niños a los Estados Unidos e introducirlos en procedimientos de adopción legal”, afirman.

También destacan la “necesidad de asistencia especial o protección” que tienen esos niños.

“Nos anima saber que el Gobierno de los Estados Unidos, en cooperación con la ONU y con el Gobierno de Haití, ha dado pasos para proteger a los niños no acompañados haitianos en Haití y para localizar a sus padres o a miembros de su familia”, añaden los firmantes.

También apuntan otras sugerencias para el cuidado de esos niños, incluido el establecimiento de refugios seguros para ellos en Haití donde puedan recibir cuidados.

Alta prioridad

“Estos acuerdos para la seguridad y el apoyo material de esos niños, que de otro modo podrían ser objeto de secuestros y tráfico de personas, deberían constituir la máxima prioridad, y permitir los adecuados procesos de detección para proceder sin demora”, indica la carta.

Ésta incluye un llamamiento para la asignación de expertos en bienestar infantil que tomen “las determinaciones según el mayor interés de cada niño”, analicen las necesidades específicas y recomienden opciones de ubicación a largo plazo.

Los líderes católicos destacan la necesidad de localizar a la familia para intentar encontrar parientes vivos y facilitar la reunificación si es posible.

“La reunificación familiar es un objetivo importante y debe protegerse tanto como sea posible, mientras que la ubicación de un tutor en Haití a veces resultará ser el camino adecuado”, subrayan.

La carta pide que se lleve a los niños a hogares de acogida para la atención previa a la reunificación o posible adopción.

En este sentido, añaden los representantes, “se estaría en condiciones de recibir beneficios y servicios adaptados a sus necesidades específicas y estarían bajo el cuidado de familias, en el contexto de la tutela, que han sido sido cuidadosamente seleccionadas por el Gobierno de los Estados Unidos y por expertos en bienestar infantil”.

Para los niños que tienen a sus padres o a familiares viviendo en los Estados Unidos, los firmantes hacen un llamamiento a acelerar los trámites de inmigración para ayudarles a entrar en el país.

“Desde nuestra experiencia trabajando con niños en contextos de desastres y en otros contextos de desplazamientos, vemos que como norma general no respondería al mayor interés del niño de Haití, o de Haití en su conjunto, que a los niños no acompañados se les evacuara de su país de origen sin un cuidadoso e individual asesoramiento sobre lo que es mejor para cada uno de ellos”.

Los líderes de las organizaciones expresan su deseo de continuar trabajando con las autoridades de los Estados Unidos “para garantizar que esos niños vulnerables, así como las demás víctimas del terremoto, reciban el cuidado y el apoyo que necesitan para reanudar sus vidas”.

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ZENIT Staff

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