CIUDAD DEL VATICANO, domingo 14 de febrero de 2010 (

Lo recordó Benedicto XVI este domingo por la mañana, recitando a la oración mariana del Ángelus junto a los peregrinos acogidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano para esta cita semanal.

Jesús, explicó el Pontífice, “no propone una revolución de tipo social y político, sino la del amor, que ya ha realizado con su Cruz y su Resurrección”.

“Sobre ellas se fundan las bienaventuranzas, que proponen el nuevo horizonte de justicia, inaugurado por la Pascua, gracias al cual podemos llegar a ser justos y construir un mundo mejor”, añadió recordando el pasaje evangélico del día, tomado del Evangelio de Lucas.

“Jesús, alzados los ojos hacia sus discípulos, dice: Dichosos vosotros, los pobres... dichosos vosotros, que tenéis hambre... dichosos vosotros, que lloráis... dichosos vosotros, cuando los hombres... despreciarán vuestro nombre” por mi causa. ¿Por qué los proclama dichosos?”, preguntó.

“Porque la justicia de Dios hará que estos sean saciados, alegrados, resarcidos de toda falsa acusación, en una palabra, porque les acoge desde ahora en su reino”.

Las bienaventuranzas, subrayó Benedicto XVI, "e basan en el hecho de que existe una justicia divina, que ensalza a quien ha estado humillado y que abaja a quien se ha ensalzado”.

Tras los cuatro “dichosos vosotros”, de hecho, el evangelista Lucas añade cuatro advertencias: “ay de vosotros, los ricos... ay de vosotros, que estáis saciados... ay de vosotros, que reís” y “ay, cuando todos los hombres hable bien de vosotros”, porque, “como afirma Jesús, las cosas se invertirán, los últimos serán primeros y los primeros últimos”.

Como ha recordado el Papa, la justicia y la bienaventuranza se realizan en el “Reino de los cielos” o “Reino de Dios”, “que tendrá su cumplimiento al final de los tiempos pero que está ya presente en la historia”.

"Donde los pobres son consolados y admitidos al banquete de la vida, allí se manifiesta la justicia de Dios”.

“Ésta es la tarea que los discípulos del Señor están llamados a llevar a cabo también en la sociedad actual”, añadió, recordando su visita al Albergue de la Caritas Romana en la Estación Termini, llevado a cabo esa misma mañana.

Recordado que el tema de la justicia está en el centro de su mensaje para la Cuaresma de este año, el Papa invitó a todos a “leerlo y meditarlo”.

Por último, invitó a todos los fieles a “dejarse guiar por la Virgen en el camino de la Cuaresma, para ser liberados de la ilusión de la autosuficiencia, reconocer que tenemos necesidad de Dios, de su misericordia, y entrar así en su Reino de justicia, de amor y de paz”.