La Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha elaborado el informe anual sobre el número de alumnos que reciben formación religiosa y moral en la escuela. En la actualidad, dos de cada tres alumnos eligen cursar voluntariamente religión católica (el 66,7%). Con respecto al año pasado, las cifras bajan en los centros estatales, mientras que suben un 3% en los centros de “iniciativa social-entidad titular católica” y un 1,7% en los de “iniciativa social-entidad titular civil”.
Por otra parte, los obispos de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis han publicado una Nota dirigida a toda la comunidad católica para que se sienta “especialmente llamada a seguir con atención e interés todo cuanto se refiere a la formación cristiana de los niños y jóvenes en los centros educativos”.
Asimismo, piden a los responsables de los centros que “garanticen el ejercicio efectivo de este derecho que asiste a los padres”. Se trata de un derecho fundamental, reconocido por la Constitución Española en el artículo 27.3.
“Conocemos las especiales dificultades con que se encuentran quienes tienen que cumplir el deber de impartir la enseñanza religiosa en los Colegios e institutos –afirman los obispos –. Más allá de los problemas de tipo legal y organizativo, están en juego derechos y deberes de las personas que deben ser respetados por todos con exquisita delicadeza; es preciso cuidar con esmero la calidad de la enseñanza religiosa”.
Además de la catequesis, que tiene su propio ámbito, la clase de religión es necesaria para el logro de una formación completa del alumno, puesto que “la formación religiosa escolar tiene la peculiar condición de ayudar a los alumnos a alcanzar una formación cristiana en relación y diálogo con los conocimientos y la cultura que la escuela transmite”.
En la Nota, los obispos responsables de esta área educativa, estiman necesario «recordar a los padres católicos de los alumnos que acuden, tanto a las escuelas estatales como las de iniciativa social, el deber de la formación religiosa de sus hijos así como el derecho que les asiste ante el Estado de que sus hijos reciban formación religiosa en el ámbito escolar».
«Es preciso –subrayan- que los padres de familia con hijos en edad escolar presten atención a que sus hijos reciban la enseñanza religiosa, dentro de las normas establecidas en el Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado Español sobre Enseñanza y Asuntos Culturales y en las disposiciones legales concordadas que las desarrollan. Pedimos a los responsables de los centros, que garanticen el ejercicio efectivo de este derecho que asiste a los padres».
Añaden una cita de Juan Pablo II, del su discurso en el Simposio sobre la enseñanza religiosa, en Roma, en 1991:“En la Europa de los derechos del hombre y del ciudadano, la realización de tal enseñanza garantiza derechos fundamentales de conciencia, que serían heridos por formas de marginación y desvalorización. Es justo, por tanto, que se definan claramente las normas legislativas y los ordenamientos institucionales, de forma tal que aseguren, en relación con la presencia, los horarios y la organización escolar, las condiciones para un efectivo y digno desarrollo de la enseñanza de la religión en la escuela, según el principio de su igual dignidad cultural y formativa con las demás disciplinas, que no está de ningún modo en contraste con el riguroso respeto de la libertad de conciencia de cada uno”.
Además, recuerdan que «toda comunidad cristiana debe comprometerse en este esfuerzo por lograr que los niños, adolescentes y jóvenes reciban la formación religiosa y moral que reclama su condición de cristianos».
Esta formación, puntualizan, «se ha de recibir en el ambiente familiar, en la parroquia y en la escuela. Estos tres ámbitos de formación cristiana no se pueden considerar separados entre sí. Cada uno de ellos ofrece sus propias posibilidades educativas y tiene sus propios contenidos; todos son necesarios y se complementan».
Según los obispos españoles, «la formación religiosa escolar tiene la peculiar condición de ayudar a los alumnos a alcanzar una formación cristiana en relación y diálogo con los conocimientos y la cultura que la escuela transmite. Estos conocimientos y esta cultura pueden orientarse a favor o en contra de determinadas creencias religiosas y valores morales. Los alumnos católicos tienen derecho a que tal orientación se haga en conformidad con la fe y moral católica».
se dicen conocedores de «las especiales dificultades con que se encuentran quienes tienen que cumplir el deber de impartir la enseñanza religiosa en los Colegios e Institutos».
Más allá de los problemas de tipo legal y organizativo, en los que están en juego derechos y deberes de las personas que deben ser respetados por todos con exquisita delicadeza, afirman, «es preciso cuidar con esmero la calidad de la enseñanza religiosa». Para ello, apuntan a la formación continuada de los profesores.
Consideran muy importantes «los encuentros periódicos de los profesores de religión entre sí y también con los catequistas y padres de alumnos».
Indican que «es preciso poner en común el análisis de los problemas que surgen, las experiencias pedagógicas y pastorales, las líneas de acción que es necesario llevar a la práctica».
Para saber más: http://www.conferenciaepiscopal.es/index.php/opcion-ere.html.