Bangladesh: Enfrentamientos mortales por una pretendida ley antiblasfemia

Aumenta la violencia entre grupos islamistas y sus opositores

Share this Entry

Después de un fin de semana de manifestaciones y violencia ininterrumpida, los islamistas han emitido un ultimátum al gobierno, anunciando que sus protestas se extenderían a todo el país si no ceden a sus reivindicaciones: condenar a muerte a los “blogueros ateos» y poner en práctica una ley antiblasfemia.

A pesar de las medidas de seguridad adoptadas por el gobierno –el cuál había hecho desplegar en la capital y sus alrededores a miles de policias y de unidades paramilitares–, según informa la agencia Eglises d’Asie, se ha producido la «gran marcha» lanzada por Hefajat el-Islam movimiento religioso relacionado con Jamaat, el partido de la oposición islamista más importante de Bangladesh, y sus organizadores llaman a sus partidarios a proseguir con las protestas.

Entre 200.000 y 500.000 extremistas musulmanes, según las fuentes, arrasaron la capital el sábado, junto a miles de seguidores que ya se habían reunido en Dacca la víspera, con el fin de contrarrestar el bloqueo anunciado por sus opositores.

Los «contramanifestantes», más de veinticinco organizaciones, la mayor parte relacionadas con la Liga Awami el partido en el poder, se aseguraron el bloqueo de todas las vías de acceso a la capital (fluviales, terrestres e incluso aéreas) para los próximos dos días. Se instalaron barreras en los caminos, puentes, puertos, aeropuertos, e incluso en las estaciones de autobús y de tren, cuyas salidas fueron todas anuladas.

Pero el Hefajat, movimiento que dispone de una vasta red, fletó centenares de autocares y de camiones, un día antes de la fecha prevista, recogiendo a sus militantes en las ciudades alejadas, delante de las mezquitas y las madrasas, desde el viernes por la mañana.

«¡Colgad a los blogueros ateos!»

El sábado 6 de abril, al grito de «¡Dios es grande, colgad a los blogueros ateos!», una marea humana invadió Dacca, topándose rápidamente con los partidos y las organizaciones que habían apelado a la huelga general contra Hefajat. Armados con palos y con ladrillos, los manifestantes fueron dispersados por la policía que disparó balas de goma a la muchedumbre y lanzó granadas lacrimógenas. Según el Daily Star, un responsable de la Liga Awami habría muerto desde los primeros enfrentamientos del viernes 5 de abril, una muerte en la que Hefajat y la policía se atribuyen mutuamente la responsabilidad, así como de un número todavía incierto de heridos, entre los que están varios periodistas.

La «Gran marcha» organizada por Hefajat, con la ayuda de sus aliados Jamaat y BNP, sostenía varias reivindicaciones cuya inmensa mayoría son presentadas regularmente por los islamistas al gobierno, como el restablecimiento de la fórmula «Fe y confianza absoluta en Allah el Altísimo», en la Constitución, o el establecimiento de un gobierno provisional para garantizar la transparencia de las próximas elecciones de 2014. Pero la verdadera razón de esta manifestación nacional masiva era expresar la cólera de los extremistas hacia los «blogueros ateos», que fueron detenidos hace unos días: reclamando la muerte de los culpables por «insultar al Islam». Los partidarios del Hefajat también pedían la instauración de una ley antiblasfemia.

El debate sobre la laicidad del Estado, que no es nuevo en Bangladesh, ha llegado en los últimos meses a proporciones nunca alcanzadas, las tensiones se exacerban por las primeras condenas del Tribunal Internacional de Justicia –muy controvertido- creado por el gobierno de Sheikh Hasina para juzgar, unos cuarenta años después de los hechos, los crímenes de la guerra de la independencia de Pakistán en 1971.

Constitución laica

Los acusados son todos líderes o miembros eminentes del Jamaat y del BNP; su juicio desencadenó desde enero motines y violentas manifestaciones, en el curso de las cuales más de un centenar de personas murieron y cientos resultaron heridas. Tras la condena a cadena perpetua, el 5 de febrero, de Abdul Quader Molla, uno de los dirigentes más respetados por Jamaat, el anuncio de la condena a muerte en la horca, el 28 de febrero, del vicepresidente del partido religioso, Delwar Hossain Sayedee, 72 años, por «genocidio, violación, secuestro, pillaje, conversión forzada, y numerosos actos criminales», en varias ciudades del país hubo enfrentamientos violentos y sangrientos provocados por sus seguidores, que exigían el levantamiento inmediato de las acusaciones.

Opuestos a estos movimientos de protesta, miles de ciudadanos, estimando al contrario la pena demasiado ligera, también salieron a la calle, pero para pedir la pena capital para todos los responsables de crímenes de guerra como Abdul Kader Mullah, y a favor de la prohibición de sus partidos, en nombre de los «mártires» de 1971.

Los enfrentamientos entre militantes laicos y radicales religiosos aumentaron en intensidad con el asesinato y decapitación el pasado febrero del bloguero Rajib Haider, y más recientemente con la detención y encarcelamiento a principios de abril de otro dirigente del Shahbagh (nombre heredado de los encuentros de blogueros en la plaza Shahbagh, en Dacca), Asif Mohiuddin, ya gravemente herido por los islamistas, con otros tres blogueros que arriesgan diez años de prisión por «haber difamado al Islam».

Según Shahriar Kabir, periodista y responsable del Comité por un Bangladesh laico (CSB), que el gobierno «haya cedido a los islamistas», aceptando arrestar a los blogueros, corre el riesgo de destruir el espíritu laico del país «.

Gobierno ambiguo

Una actitud ante la que se defendió el primer ministro, Sheikh Hasina, durante de una entrevista en la BBC: «este país es una democracia laica y cada uno tiene el derecho a practicar su religión libremente, pero si se atenta contra los sentimientos religiosos, debemos actuar, es la ley».

Jérémy Codron, politólogo en el CERI, quién subrayó el pasado 7 de abril «la ambiguedad de la Liga Awami», en la emitente RFI, explica: «Hoy en día, el partido parece sacarle brillo a su escudo nacionalista, mostrando que es el único en defender los intereses del país desde la independencia [con los procesos de los criminales de guerra]. Pero el gobierno juega con dos tableros: ¿arrestar a los bloggeros por ser antirreligiosos no es una manera de apaciguar las tensiones frente a los islamistas a quienes finalmente necesita a pesar de todo?».

Sin embargo, la ley antiblasfemia reclamada por los musulmanes extremistas fue firmemente rechazada este 8 de abril por el primer ministro de Bangladesh quién afirmó que «ya existen todas las leyes necesarias para sancionar a los que atentan contra los sentimientos religiosos». La respuesta inmediata de Hefajat fue la de anunciar la continuación de la protesta y del hartal (huelga general) «hasta que el gobierno satisfaga las reivindicaciones».

Huelga islamista por una ley antiblasfemia

Este lunes, el hartal lanzado por Hefajat dio lugar a numerosos incidentes que el partido religioso reivindicó como acciones de represalia por «los obstáculos encontrados durante la Gran marcha». Aproximadamente 500 militantes del partido islamista habrían atacado el campamento de la policia de Jafarnagar, hiriendo a una decena de personas, quemando las casas y arrasando las tiendas del barrio. En el corazón de la ciudad portuaria de Chittagong, miembros del movimiento estudiantil de la Hefajat, Azadibazar Jamiatul Qawmi Madrasa, habrían atacado a base de ladrillos y de palos a un centenar de estudiantes de la Bangladesh Chhatra League (BCL), la rama juvenil de la Liga Awami, que se manifestaban contra el hartal. Las fuerzas del orden habrían replicado tirando balas de goma y lanzando granadas lacrimógenas. Habría una cincuentena de heridos.

También se informó que varios activistas sabotearon las vías del ferrocarril y bloquearon los trenes que partían de Dacca y de Chittagong, establecieron bloqueos en lo
s caminos, las estaciones y los aeropuertos, quemaron los vehículos y arrasaron los comercios en la mayor parte de las grandes ciudades. En algunas ciudades como Chittagong, Mymensingh e incluso Bogra, se produjeron violentos enfrentamientos entre Hefajat, el BCL y las fuerzas del orden.

Medidas irrisorias

La tarde del lunes, 8 de abril, las autoridades contaban provisionalmente más de 400 heridos en los diferentes distritos donde se realizó el hartal, y por lo menos dos muertos. En cuanto a Jamaat, sin ser el organizador, habría participado ampliamente en estos días de motín, como lo demuestra la presencia el viernes 5 de abril de su rama estudiante, la Islami Chhatra Shibir, en el ataque a los manifestantes de la Liga Awami donde uno de los militantes fue muerto.

El hartal convocado por Hafajat terminó el 8 de abril: el BNP anunció que iba a tomar el relevo por 36 horas más a partir del día siguiente. La Border Guard Bangladesh (BGB), así como unidades militares de refuerzo se desplegaron en Dacca y en diferentes distritos del país, con el fin de prevenir «eventuales actos violentos». Las medidas fueron calificadas de irrisorias por numerosos movimientos de defensa de los derechos humanos. «Si el gobierno no toma las medidas necesarias para asegurar la seguridad de las personas», advertía Nirmol Rozario, secretario de la Bangladesh Christian Association, y concluía que si «no llega a controlar la situación, los extremistas tomarán el poder y las minorías religiosas serán las primeras víctimas, como en Paquistán».

Traducido del original francés por Raquel Anillo.

Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación

@media only screen and (max-width: 600px) { .printfriendly { display: none !important; } }