CIUDAD DEL VATICANO, 6 octubre 2003 (ZENIT.org).- La visita del primado de la Comunión anglicana al Vaticano, del 2 al 5 de octubre, ha significado un paso importante para el diálogo ecuménico en busca de la unidad plena, afirman fuentes de la Santa Sede.
«Ha sido una visita que el arzobispo había promovido desde que fue tomó posesión como 104 arzobispo de Canterbury en febrero pasado», explican varios oficiales vaticanos a Zenit.
El encuentro entre Juan Pablo II y el primado de la Iglesia de Inglaterra debía haber tenido lugar ya en el mes de junio, pero los muchos compromisos en la agenda del Papa lo impidieron.
En varias declaraciones a la prensa, el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, ha subrayado la búsqueda del auténtico espíritu de unidad que ha reinado en los encuentros con Su Gracia Rowan Williams.
El resultado de la visita, según recogía este domingo «Radio Vaticano» ha sido el de subrayar «la voluntad y el compromiso de alcanzar la meta de la plena comunión».
El arzobispo de Canterbury ha subrayado este espíritu en Roma con innumerables gestos. Lo testimonió con su misma postura, al besar la mano del Papa con profundo afecto, en la audiencia del sábado.
En ese momento, quiso llevar la cruz pectoral que le había regalado el mismo Juan Pablo II con motivo de su entronización y el aniño episcopal, que el Papa Pablo VI regaló a su predecesor, el arzobispo Michael Ramsey.
En su encuentro con la prensa en el Colegio Inglés de Roma, residencia de seminaristas y sacerdotes que estudian en las universidades pontificias, donde residió en esos días, Williams agradeció también el aliento que recibió en los encuentros que mantuvo con el Movimiento de los Focolares y con la Comunidad de San Egidio.
«Compartimos la convicción de que en una vida de oración nuestro diálogo ecuménico avanza», añadió el arzobispo hablando de la importancia del «ecumenismo de la vida».
Los medios de comunicación de la Santa Sede («L’Osservatore Romano», «Radio Vaticano», «Vatican Information Service») al referir sobre la visita abrieron titulares subrayando la importancia de la visita para la promoción de la unidad, dejando en un segundo plano la cuestión del debate interno a la Iglesia anglicana sobre la homosexualidad.
La cuestión sobre la ordenación de un obispo homosexual, de hecho, explican en el Vaticano, había surgido después de que el arzobispo Williams propusiera la audiencia con el Papa y no era el argumento central de su visita.
En el discurso que el Papa entregó al arzobispo, al afrontar la cuestión, afirmó: « Tenemos que reafirmar nuestra obligación de escuchar atenta y honestamente la voz de Cristo tal y como nos llega del Evangelio y de la Tradición Apostólica de la Iglesia. Ante el crecimiento secularismo del mundo de hoy, la Iglesia debe asegurar que el depósito de la fe se proclame en su integridad y sea preservado de erróneas y desviantes interpretaciones».