ROMA, 14 octubre 2003 (ZENIT.org).- Este martes se entrevistaron con Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia, país que detenta en este semestre la presidencia de la Unión Europea (UE), líderes de las comunidades cristianas europeas para analizar el papel de las Iglesias en la unificación europea.
Según explica un comunicado de prensa de la Comisión de los Episcopados de la Unión Europea, en el encuentro los representantes religiosos subrayaron la necesidad de garantizar la libertad religiosa, el respeto de la situación jurídica existente en esta materia en los países europeos, y el desarrollo de un diálogo «abierto, transparente y regular».
Los representantes cristianos (católicos, ortodoxos, anglicanos, protestantes…) hicieron al mismo tiempo un apremiante llamamiento para que se haga referencia a las raíces cristianas de Europa en el preámbulo del futuro Tratado constitucional de la UE.
La cita de este martes formaba parte de la serie de encuentros semestrales entre la Conferencia Europea de las Iglesias (que reúne a 126 iglesias y comunidades cristianas del viejo continente, con la excepción de la Iglesia católica) y la Comisión de Episcopados católicos de la Comunidad Europea (COMECE) con la presidencia europea de turno.
Junto a Berlusconi, participaron en el encuentro Gianfranco Fini, viceprimer ministro, Franco Frattini, ministro de Asuntos Exteriores, y Rocco Buttiglione, ministro para Asuntos Europeos.
En el encuentro comenzó interviniendo el cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, quien expuso las reivindicaciones de los cristianos.
A continuación, el presidente de la Federación de Iglesias Evangélicas de Italia, el profesor Giovanni Federico Long, apoyó las palabras del cardenal, y exigió en particular medidas para que se respete la libertad religiosa.
«Con respecto a cuestiones de ética y bioética, los representantes cristianos expresaron su deseo de que se respete plenamente la vida humana en la legislación europea, especialmente cuando es más vulnerable –en sus inicios y en su fin–. Pidieron asimismo que la naturaleza específica de la familia, fundada en el matrimonio, sea salvaguardada», explica el comunicado publicado tras el encuentro.
Los líderes cristianos recordaron el compromiso de las Iglesias y comunidades cristianas en el campo de la inmigración y protección de los refugiados. En particular, subrayaron por último la necesidad de armonizar la ética de los derechos humanos y la solidaridad con la seguridad y la legalidad.
