CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 9 octubre 2005 (ZENIT.org).- El Sínodo de los Obispos dedicado a la Eucaristía ha concluido la primera de las tres semanas de duración y un primer balance «podría caber en siete temas», según Isidro Catela, informador en lengua española durante esta asamblea de obispos en Roma.
Catela advirtió que estos temas no agotan el Sínodo sino que son los puntos más mencionados por los padres sinodales durante estos días. De hecho, aclaró, hay otras cuestiones que no han salido porqué se está siguiendo cronológicamente el instrumento de trabajo («Instrumentum Laboris») y serán abordadas en los próximos días.
El tema que más interés ha suscitado es el de «la dimensión sacrificial de la Eucaristía» y de hecho el Papa dedicó su intervención libre del jueves a esta cuestión.
Así, «sacrificio» y «banquete» son dos menciones recurrentes por los miembros del Sínodo. En este contexto se enmarcan «las experiencias de martirio contemporáneo, no sólo de personas conocidas sino también del sufrimiento cotidiano de tanta gente», dijo Catela, quien es también director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española.
El segundo tema es el de las «finalidades de la Eucaristía», su dimensión vertical –encuentro con Dios– y su dimensión horizontal –comunitaria– en un mundo que tiene hambre material y espiritual.
Aquí encaja la cuestión de la Eucaristía y vida, afrontado en el número 73 del «Instrumentum Laboris» en el que se hace referencia a la coherencia de políticos y legisladores creyentes, así como al compromiso de todo cristiano en la vida pública.
El tercer tema se refiere a cuestiones normativas y de abusos, con algunas referencias al Concilio Vaticano II y con alguno al Concilio de Trento en lo que concierne a la presencia real de la Eucaristía.
El «ars celebrandi» o arte de la celebración es el cuarto tema en el que se discute, por ejemplo, sobre la oportunidad de recibir la comunión en la mano o en la boca, el lugar central que debe tener el sagrario en una iglesia, o la necesidad de la adoración y el silencio.
El quinto tema es el del diálogo ecuménico y la intercomunión –la posibilidad de administrar la comunión sacramental a cristianos de otras confesiones–, que según Catela «despierta un gran interés, y variado, en las intervenciones libres».
Catela indicó que también se está discutiendo sobre el contexto de secularización y indiferencia religiosa, así como las liturgias en espera (y no en ausencia, según han recalcado muchos obispos) de sacerdotes y el celibato en la Iglesia.
«Se da la convicción de que el celibato en la Iglesia latina hay que promoverlo», añadió.
El sexto tema hace referencia a la relación de la Eucaristía con los demás sacramentos, pues la Eucaristía es «sacramento de sacramentos», dijo Isidro Catela, aclarando que los padres sinodales quieren que se insista particularmente en la relación de «Eucaristía y Penitencia» y que se haga una «catequesis integral», capaz de vincular los diferentes sacramentos entre sí. Alguna intervención en el Aula Sinodal ha pedido que se convoque un Año de la Penitencia y, en otros casos, que se amplíe el Año de la Eucaristía y que se relacione con la Familia.
El séptimo y último tema es el de la «reconciliación que debe llevar a la paz». Los participantes insisten en la necesidad de que la Iglesia sea instrumento de reconciliación, y que la Eucaristía sirva como experiencia.
Algunos testimonios de países africanos han hecho saber que en la Eucaristía es el único lugar de encuentro en etnias distintas y enfrentadas. Varios padres sinodales han pedido que se haga, en el mensaje final, mención a Jerusalén y Tierra Santa, por su vinculación con la Eucaristía y con la ansia de paz.
El Sínodo de obispos del mundo sobre la Eucaristía, que cuenta con la participación de 256 prelados de 118 países, será clausurado el 23 de octubre.