Cardenal de Dublín: Todo terrorismo es «cobarde, cínico y cruel»

Homilía de Desmond Connell en recuerdo de los atentados en EE. UU.

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DUBLIN, 16 septiembre 2001 (ZENIT.org).- El cardenal de Dublín hizo este domingo una durísima condena de todo acto de terrorismo en su homilía en la la catedral y advirtió contra el sentimiento de venganza.

«El pueblo irlandes ha vivido con el terrorismo por más de treinta años. El campo de operaciones ha sido el norte de la frontera, aunque Dublín también tiene sus días de terror», recordó el cardenal Desmond Connell.

Esta es una razón, añadió, «por la que el pueblo de Irlanda se ha conmovido profundamente por lo que sucedió en Estados Unidos el martes. Nuestro sentimiento de compañerismo con el pueblo americano es tan fuerte como los lazos de familia que nos unen con él. El terrorismo es un gran mal. Golpea sin avisar, sin discriminar, y sin mirar al sufrimiento y la insoportable tortura que a menudo inflige a gente inocente que no tiene ninguna responsabilidad, ni poder en el conflicto. El terrorismo es cobarde, cínico y ruín. Debe ser desarmado».

Pero el método empleado, advirtió, «no debería llevarnos a contraer la infección del duro desinterés por la vida inocente. Lo que sucedió el martes fue real. En medio de la tranquila seguridad de la vida cotidiana, con increíble impiedad el terrorismo ha estado trabajando».

«Ahora aquí en Irlanda muchos están ansiosos esperando noticias o informes de sus amigos o sus familiares –añadió–. Tratamos de comprender la dureza de corazón que ha planeado esta odiosa atrocidad. Nuestros ojos son incapaces de ver en la profundidad de tal oscuridad. Es la oscuridad en la que no existe la luz de Dios, una especie de visión del infierno».

«¿Pueden el caos y el mal triunfar sobre la bondad y el amor? ¿Hemos sido abandonados a nuestra propia suerte en un mundo fuera de control, abandonados incluso por Dios?», se preguntó.

«Como el hijo pródigo –respondió– podemos olvidar el rostro de nuestro Padre», pero siempre «nos está esperando».

Si «los terroristas vieron las caras de los pasajeros en el avión» «su crimen es mayor», aseguró. «Porque la cara de un hermano o hermana que sufre es una demanda ética de respeto y compasión. Y nosotros cristianos debemos siempre ser capaces de ver en cada una de estas caras el sufrimiento del rostro de Cristo».

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ZENIT Staff

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