¿Tienen los animales derechos?

En los últimos días, una serie de acciones violentas por parte de grupos
ecologistas ha vuelto a abrir el debate sobre los derechos de los animales.
Los atentados, realizados sobre todo por grupos activistas en Inglaterra,
expresaban las protestas sobre el uso de animales en experimentos, en un
país donde aumenta la oposición a la tradicional caza del zorro.

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La semana pasada, según «The Independent» (11 enero), los defensores de los
derechos de los animales admitieron haber colocado un coche bomba en el
exterior de la casa de un partidario de la caza del zorro. No hubo heridos,
sólo daños materiales. El Frente de Liberación Animal dijo que el atentado
era una represalia después de que uno de ellos hubiera resultado gravemente
herido por un coche supuestamente conducido por un partidario de la caza.

El incidente se producía poco después de que los mismos activistas enviaran
una serie de cartas bomba. Según «The Guardian» (6 enero), dos cartas bomba
estallaron en una granja y una subasta agrícola. Los hechos ocurridos en
Yorkshire, que hirieron a un granjero y a un secretario, se producían
después de un envío similar a una firma que trabaja con pesticidas en
Cheshire, produciendo heridas al hijo del propietario, de seis años.

Los extremistas defensores de los derechos de los animales han ampliado su
cruzada a los peces. Según informaba «The Independent» (12 de enero), los
activistas admitieron que los próximo objetivos de su campaña son las
tiendas de pescado y patatas fritas. El comunicado, del Frente de
Liberación Animal, se produjo después de que un paquete bomba estallara en
uno de estos negocios en Holywell, al norte de Gales. No hubo heridos,
aunque el envío postal fue abierto por el propietario, Jonathan Davies.

Robin Webb, portavoz del Frente de Liberación Animal, manifestó: «Aunque
los negocios de pescado frito no eran nuestro objetivo antes, deberían ser
considerados objetivos legítimos».

El Reino Unido no es el único país que sufre este tipo de violencia. El día
de Navidad, en Vancouver, Canadá, el Frente de Liberación Animal (ALF)
colocó bombas en camiones aparcados ante una industria de distribución de
carne. Según el «National Post» (28 diciembre), el grupo afirmó que había
colocado las bombas para causar daños a la propiedad de manera que
aumentaran las pólizas de seguros.

El grupo fracasó en su objetivo, ya que las bombas no estallaron, y una de
ellas era demasiado pequeña para hacer explotar el tanque de gasolina de
uno de los camiones. Cuando los trabajadores llegaron al edificio de la
firma «Supreme Meat Distributors», vieron un camión envuelto en humo,
varios recipientes con gasolina y activadores de la ignición bajo los
tanques de gasolina de siete camiones.

El ALF había reivindicado otro atentado similar dos semanas antes, en el
«Ferry Meat Market», al este de Vancouver, que destruyó un camión. «El ALF
considera cualquier negocio que se beneficie de la venta de carne animal
como un objetivo legítimo», dijo el portavoz del grupo, David Barbarash.

Laboratorio animal a punto de cerrar

En Gran Bretaña, un objetivo especial de los grupos de derechos animales es
la compañía de investigación y experimentación en animales «Huntingdon Life
Sciences». Los activistas han tenido éxito ejerciendo fuerte presión
financiera, hasta el punto de que la empresa está en peligro de quiebra.
Según «The Times» (15 enero), a la firma le quedan sólo unos días para
conseguir un préstamo bancario de 22,5 millones de libras esterlinas o
afrontar la posibilidad del cierre, con la pérdida de 1.200 puestos de
trabajo.

Hace ocho meses, un grupo activista llamado «Stop Huntingdon Animal
Cruelty» empezó a presionar a los bancos, empresas financieras y
accionistas que habían invertido en el laboratorio. El grupo amenazó con
intensificar su campaña contra el «Royal Bank of Scotland» hasta que no se
deshiciera públicamente de la propiedad de los laboratorios «Huntingdon
Life Sciences».

El mismo diario informaba el 29 de marzo de que el grupo también había
amenazado con la violencia para respaldar su campaña. De hecho, Niel Hansen
fue encarcelado por enviar una bomba falsa a una mujer embarazada,
advirtiéndole que vendiera sus acciones de la empresa. Hansen escribió a
los 1.700 accionistas de los laboratorios urgiéndoles a vender sus acciones
si no querían hacer frente a protestas diarias ante de sus casas.

Según «The Guardian» (10 junio), los activistas presionaron a los banqueros
de la empresa desde el momento en que el personal del «Royal Bank of
Scotland» recibió amenazas. Tras la campaña, el fondo de pensiones del
personal del Partido Laborista británico dio orden a los gestores del
fondo, la compañía «Phillips & Drew», de acabar con su participación en los
laboratorios. «Phillips & Drew» había mantenido una inversión del 11% en
la «Huntingdon Life Sciences» hasta febrero pasado.

Mientras tanto, informaba «The Independent» (22 junio), los trabajadores de
los laboratorios tuvieron que afrontar el desafío de las manifestaciones
diarias de los activistas gritando contra ellos. Estos últimos,
enmascarados, realizaron incursiones a sus casas arrojando ladrillos a las
ventanas y diciendo a los vecinos que vivían con «pervertidos» y
«asesinos». Asimismo fueron incendiados varios coches de los empleados.

La doctrina de la Iglesia sobre los animales

La sensibilidad de la sociedad hacia los animales ha aumentado notablemente
en los últimos años. Ciertas prácticas comúnmente aceptadas en otro tiempo,
desde la caza del zorro o las corridas de toros, al uso de animales para
experimentar fármacos o fabricar cosméticos, se cuestionan ahora. ¿Qué dice
la doctrina de la Iglesia sobre este tema?

El documento conciliar «Gaudium et Spes» (n. 24) indicaba que, creado a su
imagen y semejanza, el hombre es la «única criatura terrestre a la que Dios
ha amado por sí mismo», situando claramente a los humanos aparte del resto
de la creación. Sin embargo, ésto no significa que los animales, o la
naturaleza en general, puedan ser tratados sin miramientos. Como indicaba
Juan Pablo II en su encíclica «Redemptor Hominis» (n. 15), «era voluntad
del Creador que el hombre se pusiera en contacto con la naturaleza como
«dueño» y «custodio» inteligente y noble, y no como «explotador» y
«destructor» sin ningún reparo».

Nuestra relación con los animales fue tratada por el Papa en un discurso,
durante su visita a Asís, el 12 de marzo de 1982. Juan Pablo II recordó
cómo Dios situó al hombre en el centro del jardín del Edén para que lo
cultivara y conservara. La superioridad de los humanos se subraya en el
hecho de que Dios delegara en Adán la potestad de dar nombre a los animales.

En notable contraste con quienes reclaman la existencia de derechos
intrínsecos de los animales, el Papa explicó que el respeto hacia los
animales y toda la creación es deseable por el efecto beneficioso que tiene
para las propias personas. Tal respeto ayudará a desarrollar en el hombre
«sentimientos de equilibrio, moderación, nobleza», indicaba el Papa, y hará
posible el paso del aprecio de la belleza de las criaturas a la belleza
trascendente de su Creador.

El Catecismo de la Iglesia Católica ha tratado también el tema de cómo
debemos comportarnos con los animales, indicando que, como se deduce del
orden establecido en los seis días de la Creación, existe una jerarquía en
las criaturas, desde las menos perfectas a las más perfectas. Mientras que
Dios ama a todas sus criaturas, los humanos son mucho más valiosos para Él
que los animales (n. 342).

Los animales están destinados al bien común de la humanidad, pero nuestro
dominio sobre ellos debe estar templado por «un religioso respeto a la
integridad de la Creación» (n. 2415). Es legítimo usar a los animales para
comer y vestirse. La experimentación médica y científica es también
aceptable moralmente, siempre que se mantenga dentro de unos l
ímites
razonables (n. 2417). La experimentación está justificada si contribuye a
mejorar o salvar vidas humanas.

Aunque podemos usar a los animales para nuestro beneficio, al mismo tiempo
hay límites a nuestro dominio. Así como yerran en su reivindicación de los
derechos de los animales, obviamente el uso de la violencia por parte de
grupos extremistas es inaceptable.
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Contenido provisto por SEMANA INTERNACIONAL
(c) Innovative Media, Inc.

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ZENIT Staff

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