CIUDAD DEL VATICANO, 3 octubre 2003 (ZENIT.org).- El primer día de la visita del arzobispo de Canterbury, el doctor Rowan Williams, al Vaticano ha servido para hacer un balance de los avances y dificultades en el diálogo ecuménico entre la Comunión anglicana y la Iglesia católica.
En particular, se ha hablado de la posibilidad de que la Comunión anglicana acepte la posibilidad de ordenar obispos a personas con relaciones homosexuales activas, lo que constituiría un ulterior motivo de división con la Iglesia católica.
El arzobispo debería ser recibido este sábado en audiencia por Juan Pablo II.
El primado anglicano mantuvo este viernes encuentros de trabajo con el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, así como con el arzobispo Louis M. Fitzgerald, británico, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
Esta es la primera visita al Papa del arzobispo Williams desde su nombramiento por la Reina Isabel como 104 arzobispo de Canterbury el 23 de julio de 2002 y su confirmación oficial el 2 de diciembre del mismo año.
Al final del encuentro, el cardenal Kasper ha revelado que la Iglesia católica y la Comunión anglicana están terminando de redactar en estos momentos un documento común sobre la Virgen María.
El texto, redactado por una comisión de teólogos y pastores anglicanos y católicos ha analizado los dogmas de la Asunción y de la Inmaculada Concepción de María a la luz de la Escritura y de la antigua tradición común a los católicos y a los anglicanos.
«Hemos hablado también de los conflictos y tensiones que han surgido en los últimos meses dentro de la Comunión anglicana tras la ordenación de sacerdotes homosexuales practicantes», ha revelado el cardenal Kasper a «Radio Vaticano».
«He expresado mi preocupación porque no es sólo un problema interno a la Comunión anglicana, sino también un problema que toca nuestras relaciones», añade.
«Nosotros tenemos una posición clara que está expresada en el Catecismo de la Iglesia Católica, tenemos también una tradición, una herencia común en este punto. Esperemos que no abandonen esta común tradición», aclara el purpurado.
«He expresado mi deseo, mi auspicio, de que sea capaz de encontrar una solución que sea aceptada por la Comunión anglicana y que no tenga repercusiones sobre las relaciones con nuestra Iglesia», afirmó.
La Comunión anglicana afrontará el argumento en una cumbre convocada en Londres dentro de dos semanas, en la que analizará el nombramiento por parte de la Iglesia Episcopaliana (Estados Unidos) de Gene Robinson, homosexual divorciado, como nuevo obispo anglicano de New Hampshire.
La Comunión anglicana, presente en 160 países, cuenta con 70 millones de fieles, y se articula en 38 Iglesias regionales autónomas.
El diálogo teológico entre católicos y anglicanos se lleva a cabo mediante dos estructuras: ARCIC (Comisión Internacional Anglicano-Católica) instituida en 1970 y IARCCUM (Comisión Internacional Anglicano-Católica para la Unidad y la Misión).
ARCIC concentra su trabajo en los temas de controversia teológica entre católicos y anglicanos. Está redactando el documento sobre la Virgen María. El último documento de estas características fue «El don de la autoridad» (1999). Ha publicado una serie de documentos sobre la Eucaristía, el Ministerio, la Autoridad, la Salvación, la Iglesia y las Cuestiones Morales, que han sido sometidos a las autoridades respectivas para su consideración y debate.
IARCCUM fue instituida en mayo de 2000 en Canadá y encabezada por el cardenal Edward Cassidy, quien entonces era presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y por el antecesor del arzobispo Williams, arzobispo George Carey.
IARCCUM tiene como fin reforzar los objetivos de ARCIC, además de hallar estrategias para traducir en hechos concretos el grado de comunión espiritual alcanzado.