WASHINGTON, 4 octubre 2003 (ZENIT.org).- Es un axioma el hecho de que el aborto sea un tema caliente. El 17 de septiembre, el senado de Estados Unidos votó por 93 votos a favor y ninguno en contra para dejar el camino libre a un procedimiento que supone un paso más hacia la prohibición del aborto por nacimiento parcial. Tanto el senado como la cámara de representantes han aprobado ya leyes a tal efecto, y esta última votación ha ayudado a superar una diferencia entre los dos textos.
La votación, sin embargo, no ha dejado el tema cerrado, como se puede ver por los editoriales opuestos de los periódicos. El Washington Times decía el 19 de septiembre: «el senado da vueltas a un debate innecesariamente prolongado sobre un espantoso procedimiento». El periódico describía el aborto por nacimiento parcial como un «procedimiento cruel» que «vacía de humanidad a quienes lo practican y a quienes permiten que se practique».
Un editorial del New York Times del mismo día expresaba su consternación sobre la inminente prohibición, calificándola de «un golpe substancial contra la libertad reproductiva de las mujeres». Para el periódico de Nueva York, aquellos que apoyan la prohibición de los abortos por nacimiento parcial (considerados infanticidios por muchos observadores) «demuestran una preocupante falta de respeto no sólo por los derechos de las mujeres, sino también por la verdad, y por el imperio de la ley».
Una Rusia que se reduce
Por primera vez en 50 años, Rusia está comenzando a limitar los abortos. Todavía es fácil conseguir un aborto durante las primeras doce semanas de embarazo. Pero el ministro de sanidad ha reducido de 13 a 4 los motivos por los que se puede abortar desde la 13ª semana hasta la 22ª, informaba el 24 de agosto el New York Times. Los cuatro supuestos son violación, encarcelamiento, muerte o enfermedad severa del marido, o el dictamen de un tribunal que quite los derechos parentales a una mujer.
«Es un primer paso», declaraba Aleksandr Chuyev, miembro de la cámara baja del parlamento, que ha introducido la legislación, a principios de este año, para prohibir todos los abortos después de la 12ª semana y que ha participado en las negociaciones con el ministro de sanidad para preparar las nuevas restricciones.
Este cambio tendrá muy pocas consecuencias sobre el número total de abortos. De los 1,7 millones de abortos del 2002, decía el Times, 40.000 se llevaron a cabo bajo uno de los 13 supuestos. Sin embargo, el aborto ha descendido en los últimos años, desde los 4,6 millones de 1988 hasta los 1,7 millones del año pasado.
Sin embargo, la proporción de abortos con respecto al número de nacimientos sigue siendo alta. Hay 13 abortos por cada 10 nacimientos, en comparación con los tres abortos de Estados Unidos, informaba el 28 de julio Associated Press.
Los cambios en la ley del aborto tienen como trasfondo los miedos en aumento sobre el futuro demográfico de Rusia. El comité de estadísticas estatal afirmaba que la población ha caído un 0,3%, 506.000 personas, durante los primeros siete meses del año, informaba el diario británico Guardian el 22 de septiembre.
El mismo comité predijo que, con los peores pronósticos, la población podría descender desde los 145 millones de hoy hasta los 77 millones en el 2050. Incluso las previsiones más optimistas contemplan una caída hasta los 122,6 millones. El comité concluía que un descenso del 30%, hasta los 101 millones, sería el resultado más probable.
Debate en Eslovaquia
Un conflicto todavía sin salida sobre las leyes del aborto ha dividido las opiniones en Eslovaquia durante la reciente visita del Papa. El parlamento de Eslovaquia ha aprobado una medida para hacer legal el aborto hasta la 24ª semana de embarazo. La controversia sobre la medida sacudió el frágil gobierno del primer ministro, Mikulas Dzurinda, informó el 3 de julio Associated Press.
La actual ley permite el aborto sólo hasta la 12ª semana de embarazo. La regulación del ministerio de sanidad permite abortos más avanzados en el caso de defectos fetales o problemas genéticos, pero la votación del parlamento podría hacer que dichas leyes formaran parte del código legal. El debate sobre el tema comenzó hace dos años cuando el conservador Movimiento Demócrata Cristiano desafió la legalidad de abortos en embarazos avanzados ante al Tribunal Constitucional. El tribunal suspendió entonces su dictamen a la espera de una decisión ulterior del parlamento.
El 23 de julio, Reuters informó de que el presidente eslovaco, Rudolf Schuster, vetó la ley del aborto, fijando los argumentos para un conflicto con el parlamento. Al mismo tiempo, la polémica que ha seguido sobre la propuesta de liberalización del aborto ha amenazado con romper la coalición de gobierno.
Al final, la coalición ha decidido esperar una decisión del tribunal constitucional sobre la ley propuesta antes de dar ulteriores pasos, informaba el periódico semanal Slovak Spectator el 15 de septiembre. Por su parte, el tribunal ha pospuesto su dictamen final mientras examina el tema con más detalle. El presidente del tribunal, Ján Mazák, se ha dirigido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos como referencia.
Cualquiera que sea el resultado, el aborto ha descendido en Eslovaquia. Hace una década el país tenía uno de los porcentajes más altos de aborto en el mundo, con 40 abortos por cada 1.000 mujeres, informaba Associated Press el 13 de septiembre. Hoy, las estadísticas oficiales hablan de un porcentaje del 10 por cada 1.000.
Victoria en Irlanda del Norte
En Irlanda del Norte, los pro vida proclamaron su victoria cuando las autoridades judiciales rechazaron una petición para publicar una guía sobre cuándo se puede buscar legalmente el aborto. La Family Planning Association quería que los tribunales forzaran al departamento de salud para que publicase guías para los doctores, informó el 7 de julio la BBC. El juez Brian Kerr afirmó que la ley ya es bastante clara.
La asociación también pidió que las mujeres en Irlanda del Norte tuvieran el mismo acceso a las instalaciones abortivas que las demás mujeres en otras partes del Reino Unido. Actualmente se permite abortar en Irlanda del Norte sólo si se puede probar que el embarazo podría dañar la salud física o mental de la mujer.
En una declaración el mismo día, Betty Gibson, presidenta de la Society for the Protection of Unborn Children en Irlanda del Norte, decía: «La ley del aborto en Irlanda del Norte da una considerable protección a los niños no nacidos que es lo que la aplastante mayoría de la gente quiere aquí».
En Inglaterra, la situación para los no nacidos es peor. Ann Widdecombe, antigua ministra del partido conservador, acusaba al servicio de salud de presionar a las escolares a abortar para ayudar al gobierno a conseguir sus objetivos de reducir los embarazos adolescentes, informaba el 5 de julio el diario Independent.
De 1998 al 2001, los embarazos entre los menores de 18 años cayeron un 6,4% de 41.089 a 38.439. Al mismo tiempo, el número de abortos aumentó hasta los 17.700 desde los 17.300.
Una patata caliente en las elecciones de Estados Unidos
En Estados Unidos, el aborto promete ser la cuestión clave en las elecciones federales del año próximo, dado que los grupos pro abortistas han gastado grandes sumas en poner a su favor a los votantes. El Washington Post del 25 de septiembre informaba sobre un estudio del Center for Public Integrity. El estudio encontró que la ventaja de movilización de fondos gozada por los republicanos se podría ver significativamente mitigada por el éxito de los comités 527 a favor de los demócratas.
Conocidos por la sección del código de impuestos bajo el cual recaen, los comités 527 pueden aceptar donaciones ilimitadas. El estudio del centro, que ha cubierto el periodo de agosto del 2000 a agosto del 200
3, descubrió que el dinero que ha ido a organizaciones de inclinación demócrata –entre ellas los grupos pro derecho de aborto- era más del doble del que había ido a grupos afiliados a los republicanos, 185 millones de dólares contra 81,6.
Y un nuevo grupo, American Coming Together (ACT), está planeando gastar 75 millones de dólares en movilizar a votantes, incluyendo 10 millones de dólares de contribución del financiero internacional George Soros. Según la página web de la organización, la presidenta de ACT, Ellen Malcolm, encabeza la lista de EMILY, una organización que encauza fondos para ayudar a elegir mujeres demócratas pro abortistas.
La batalla por los no nacidos sigue en el candelero.