Para monseñor Jesús Juárez, debemos recuperar el respeto a la vida y, en nombre de Dios, las autoridades de gobierno y los dirigentes sociales y sindicales deben parar la muerte de más hermanos, según recoge el servicio de información de la Conferencia Episcopal de Bolivia.
Nuevos incidentes violentos en la ciudad altiplánica de El Alto y zonas aledañas, adyacentes a La Paz, causaron otros cinco muertos el lunes, elevando a 42 las víctimas fatales en cuatro semanas de convulsión.
Al menos otras 150 personas resultaron heridas en la peor escalada de violencia urbana y rural desde que Bolivia recuperó su democracia en 1982, según organismos de derechos humanos.
Las cinco víctimas del lunes se sumaron a 26 personas que murieron el domingo en El Alto, según la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, en una violenta jornada de disturbios y represión militar contra los manifestantes.