MADRID, jueves, 17 junio 2004 (ZENIT.org-Veritas).- La mención del cristianismo en la Constitución no busca establecer una Unión Europea (UE) confesional sino definir la identidad de Europa, aclara el secretario de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Durante la rueda de prensa convocada este jueves al finalizar la última reunión de la comisión permanente del episcopado, el padre Juan Antonio Martínez Camino, abordó a petición de los periodistas diversas cuestiones de actualidad, como la mención del cristianismo en la Constitución Europea, la situación de la asignatura de Religión en la actualidad, la violencia doméstica y el ecumenismo.

Respecto a la mención del cristianismo en el preámbulo de la Constitución europea, el padre Martínez Camino se mostró cauto y afirmó que es necesario «esperar a ver cómo realmente sucede la negociación», que empezó este mismo jueves en Bruselas.

No «está excluido», ya que esta semana «en los periódicos había información en varias direcciones», aclaró.

El secretario de la CEE cree que «la postura de la Iglesia al apoyar la demanda de los países que piden la mención de la herencia cristiana en el Preámbulo, no pretende establecer en Europa una Constitución confesional».

Para Martínez Camino la mención del cristianismo «no implica confesionalidad sino que forma parte de la definición de la identidad de Europa, que es lo que hace el Preámbulo», por tanto «si no se mencionara el cristianismo», este Preámbulo tendría «una laguna notable».

El sacerdote se pronunció también sobre el anteproyecto de ley contra la violencia de género, aunque afirmó que «no hay opinión expresa de la CEE en este sentido», pero «sí una gran preocupación de los obispos y la Iglesia en general, sobre todo en lo que respecta a la violencia que se ejerce en la convivencia conyugal».

«Es llamativo que en un momento como el actual en el que los derechos del hombre están más en la superficie», fenómenos que se oponen a esta sensibilidad surjan con fuerza, de modo que hay que preguntarse «qué pasa aquí», aunque no se pueden dar «respuestas estereotipadas».

El sacerdote añadió que si bien «las leyes han de responder para que se pueda prevenir la violencia, tal vez sean insuficientes, en un problema que toca a la intimidad y a la configuración de la conciencia».

En este sentido, habría que preguntar «cómo se prepara la gente a las relaciones conyugales, porque tal vez aquí esté la raíz del problema», aunque sean «bienvenidas todas las leyes que pongan coto» a la violencia.

La «contribución específica» de la Iglesia a este problema «para que la familia y el matrimonio sean ámbitos de paz», tal como explicó el padre Camino, es ayudar a una «adecuada formación para el matrimonio y el compromiso conyugal».

Respecto a la situación en la que queda la asignatura de Religión en la escuela pública (contará a efectos de promoción de curso para quienes la hayan elegido como opción, pero su alternativa no tendrá ningún peso en este sentido), el secretario general de la CEE adelantó que la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis trabaja en la elaboración de una nota sobre «las implicaciones del decreto de paralización de la LOCE por lo que toca a la enseñanza de la Religión».

No obstante la citada nota, Martínez Camino adelantó que «no es satisfactorio, ni resuelve bien la situación de la enseñanza de la Religión en la escuela» el hecho que «la evaluación de la Religión no la tengan otros alumnos» porque «crea situaciones divergentes para unos y otros».

Finalmente, y sobre la situación del ecumenismo, Martínez Camino afirmó que «es un tema pendiente en la agenda y que esta contemplado en el plan pastoral del quinquenio de la CEE«.

El secretario de la CEE se refirió al ecumenismo como «un problema y una tarea de la Iglesia católica en España como cuestión prioritaria» porque «hoy no hay anuncio del Evangelio sin espíritu ecuménico».