CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 6 octubre 2005 (ZENIT.org).- «La Eucaristía es respuesta a los signos negativos de la cultura contemporánea», consideró monseñor Juan Francisco Sagasti Jaramillo, C.I.M., arzobispo de Cali (Colombia).
El sucesor de monseñor Isaías Duarte Cancino, asesinado en marzo de 2002 por guerrilleros, tomó la palabra en el aula sinodal para asegurar que «frente a la cultura o anti-cultura de la muerte que trafica con armas, que construye sistemas masivos de destrucción, que legitima el aborto, que autoriza la investigación con embriones humanos, Jesús se define y se nos da como «Pan de vida»».
«Nuestra cultura está marcada por el odio y el terrorismo: 11 de setiembre [atentados en los Estados Unidos], 11 de marzo [atentados en Madrid], metro de Londres… La Eucaristía es la posibilidad permanente de reconciliación con Dios y con los hermanos y la invitación a reconciliarnos entre nosotros antes de ofrecer el culto al Señor», subrayó el prelado colombiano.
«De ahí que sea tan sentido en muchas comunidades el «rito de la paz» renovado en la reforma litúrgica», constató.
«Otro rasgo contemporáneo es el positivismo científico y el relativismo; pero en la Eucaristía se reafirma la realidad del «misterio» y la validez del creer y del amar como vías del conocimiento; con la fe eucarística, sustentada en la tradición eclesial basada en las palabras del Señor, accedemos a certezas auténticas aunque imperfectas», señaló.
Por último, «ante la soledad y la desesperanza que acechan al hombre de hoy, la Eucaristía nos brinda –como a los discípulos de Meaux– una compañía profunda y una promesa de vida eterna que nos llena de esperanza definitiva», concluyó monseñor Sagasti Jaramillo.