MOSCÚ, 10 de noviembre de 2005 (ZENIT.org).- Tras el informe del Departamento de Estado norteamericano que denuncia la falta de respeto de la libertad religiosa en Rusia un representante católico ha declarado públicamente su desacuerdo.
El padre Igor Kovalevsky, secretario general de la Conferencia de Obispos Católicos en Rusia, señala que «el poder ruso no realiza discriminación alguna contra la libertad de las minorías religiosas».
Según el Informe sobre Libertad Religiosa en 197 países, presentado este martes por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice en Washington Rusia es uno de los países que practican una política preconcebida en su relación con los representantes de religiones que no son la mayoritaria en el país.
En opinión de los expertos estadounidenses, el poder y la Iglesia ortodoxa rusa, así como el Servicio Federal de Seguridad (anteriormente KGB) limitan la libertad de las minorías religiosas.
En entrevista radiofónica para la estación «Eco de Moscú», el padre Kovalevsky consideró que ellos no sienten que se dé una política contra de la Iglesia católica por parte de los órganos del poder ruso.
En su opinión, la Iglesia católica tiene una relación difícil con la Iglesia ortodoxa rusa; no obstante, las dificultades son muy específicas y afectan exclusivamente al interior de la Iglesia.
«Sacar conclusiones consoladoras, en el avance de las relaciones con la Iglesia ortodoxa rusa, es aún temprano», apuntó. Sin embargo, no se da una política de la Iglesia Ortodoxa Rusa con el objetivo de expulsar a la Iglesia católica del territorio ruso.
Y es que en el informe del Departamento de Estado, se señala también que la Iglesia ortodoxa rusa tiene, sin duda, una posición privilegiada entre todas las religiones y confesiones del país.
El Patriarcado de Moscú, menciona el documento, se encuentra en estrecho contacto con los órganos del gobierno lo que le permite a los ortodoxos introducirse en la esfera de la educación y el ejército.
Como ejemplo, se hace referencia al último mensaje anual del presidente Vladimir Putin a la Asamblea Federal, donde el patriarca ortodoxo ruso, Alejo II, tuvo un lugar preponderante en la primera fila al lado del primer ministro. Los demás líderes religiosos se sentaron atrás de él.
Representante oficiales de la Iglesia ortodoxa rusa han declarado, por su parte, que no debe haber discriminación religiosa; sin embargo, consideran normal que se de una preponderancia de una religión sobre la otra.
Así lo expresó oficial del Departamento de Relaciones Religiosas Exteriores del Patriarcado de Moscú, el arcipreste Vcevolod Chaplin: «efectivamente, no debería haber discriminación de los ciudadanos por principios religiosos; no obstante, dar ventajas a una u otra organización religiosa no significa discriminación».
«Sorprende que los expertos estadounidenses busquen desviaciones en el modelo estadounidense en las relaciones Iglesia-Estado que para nosotros no son propias. Y, al mismo tiempo, no indican las diferencias importantes que existen con respecto a su modelo en Inglaterra, España y en otros de sus países socios», concluyó el arcipreste.
El informe sobre la libertad religiosa en el mundo, señala además que el poder ruso, tanto a nivel federal como regional, frecuentemente viola el derecho de las minorías religiosas, quebrantando así el orden constitucional donde se garantiza la igualdad para todas las religiones y la separación entre la Iglesia y el Estado.
Inclusive, se menciona que el Servicio Federal de Seguridad considera a algunos líderes religiosos de las minorías como peligrosos para la seguridad del país y denuncia el que se llegue a negar visas de entrada a sacerdotes católicos.
En la categoría en que agrupa a Rusia, el Departamento de Estado incluye también a Azerbaiyán, Bielorrusia, Israel, Turquía, Brunei, Indonesia, Malasia y Pakistán.
Entre los países del mundo con las peores condiciones de libertad religiosa, el informe anual menciona a China, Cuba, Corea del Norte y Myanmar.