MINSK, lunes 21 noviembre 2011 (ZENIT.org).- Los días 12 al 16 de noviembre, el cardenal Kurt Koch estuvo en Minsk, Bielorrusia, invitado por el metropolita de Minsk y Slutsk Filarete, jefe de la Iglesia ortodoxa de Bielorrusia, dependiente del patriarcado de Moscú, para participar en la conferencia internacional sobre el tema Diálogo católico-ortodoxo: valores éticos cristianos como contribución para la vida social en Europa, del 13 al 15 de noviembre.
La conferencia fue organizada por el Instituto para el Diálogo Interreligioso y las Comunicaciones Interconfesionales, del Sínodo de la Iglesia ortodoxa bielorrusa y por el centro de educación cristiana de los Santos Metodio y Cirilo, en colaboración con el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
El cardenal presidente comenzó su estancia en Bielorrusia, el 12 de noviembre, con la asistencia a una sesión de la Conferencia Episcopal de Bielorrusia, con un diálogo ecuménico sobre el país, y la presidencia de la Eucaristía el domingo, en la catedral de Minsk, con la participación de todos los obispos católicos y muchos fieles.
Participó tamboén en la Divina Liturgia en la catedral ortodoxa, donde fue acogido con calor y fraternidad por el metropolita Filarete que entonó, en honor al huésped, con el coro y con la asamblea que llenaba el templo, el canto Ad Multos Annos.
En la inauguración de la conferencia, el día 13, participaron, además del metropolita Filarete, dos obispos ortodoxos y un representante del departamento para las Relaciones Eclesiásticas Externas del patriarcado de Moscú y todos los obispos católicos del país junto con el nuncio apostólico en Bielorrusia Claudio Gugerotti y el anterior nuncio Agostino Marchetto.
En la conferencia, con muchos participantes locales e invitados de distintos países católicos y ortodoxos, el cardenal presentó un informe detallado sobre la Situación de los valores cristianos en Europa. En las intervenciones, así como en el clima general del simposio, se percibió el deseo de continuar y profundizar el diálogo sobre temas comunes y la colaboración concreta en la promoción y defensa de los valores cristianos en Europa.
El 14 por la mañana, el cardenal Koch y el metropolita Filarete, acompañados por el nuncio apostólico y por monseñor Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo metropolita de Minsk-Mohilev, fueron recibidos por el presidente de la República de Bielorrusia Aleksandr Lukashenko, que expresó su satisfacción por las buenas relaciones entre las dos confesiones en el país, y por el compromiso de sostener la vida de las comunidades religiosas, y el desarrollo de relaciones cada vez más fraternas entre ellas.
Por la tarde, el cardenal visitó el Instituto de Teología de los Santos Metodio y Cirilo que, aunque es de la universidad estatal, está dirigido por el metropolita Filarete y cuenta con docentes y estudiantes de una y otra confesión.
Al día siguiente, el cardenal fue recibido, en ausencia del ministro, por el viceministro de Asuntos Exteriores, que es también embajador de Bielorrusia ante la Santa Sede, para presentar algunos proyectos comunes, entre los que destaca la colaboración cultural en varios sectores. Este, además, apreció la contribución del Consejo Pontificio a la realización de este congreso, así como el apoyo regular al Instituto de Teología y la concesión de algunas becas de estudio a estudiantes ortodoxos bielorrusos.
La visita del presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos a Bielorrusia puso en evidencia algunos hechos de gran valor: el que la Iglesia católica haya podido reorganizarse de modo consistente, tras la caída de la Unión Soviética, y que haya sucedido en armonía y, a menudo, con el apoyo de la Iglesia ortodoxa local y de las autoridades civiles.
El espíritu de fraternidad ecuménica en un país que es segundo, después de Lituania, en cuanto a número de habitantes católicos de la ex Unión Soviética, se ha fortalecido con el tiempo, se ha convertido en una realidad cotidiana, y es modelo de referencia.
Esta actitud positiva se ha visto reforzada por la visita del cardenal, mientras que por parte de las dos comunidades cristianas, y también del gobierno, a través de algunos compromisos concretos, se han creado algunos compromisos concretos para conseguir un mayor fortalecimiento.
Esto irá en beneficio de todo el pueblo bielorruso, que tantos sufrimientos ha soportado en el transcurso de su historia y por los valores de su existencia y cuyo desarrollo en la solidaridad, en la justicia, y en la paz y en la relación armonioso con el resto de pueblos, la Santa Sede continúa asegurando su compromiso.
[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez]