En la reconstrucción de Irak, los musulmanes esperan mucho de los cristianos

Afirma el nuevo arzobispo de Kerkuk de los Caldeos

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BAGDAD, 2 octubre 2003 (ZENIT.org).- En un tiempo de venganza en Irak, «los cristianos están llamados a testimoniar el perdón y la reconciliación», afirma el nuevo arzobispo de la archieparquía de Kerkuk de los Caldeos.

Para el padre Louis Sako, párroco del Perpetuo Socorro en Mosul, cuyo nombramiento arzobispal confirmó el Papa el pasado 27 de septiembre, «hay que alentar todo esfuerzo de diálogo y de perdón para no caer en una trayectoria peligrosa para el futuro del país».

Como es tradición en las Iglesias de rito oriental, la elección del nuevo arzobispo se realizó en el seno del Sínodo de los Obispos de la Iglesia Caldea, durante la reunión que mantuvo en Bagdad entre el 16 y el 24 de septiembre.

Para ratificar su comunión con la Iglesia universal, el obispo de Roma ofreció su asentimiento a la elección, dando con ello un nuevo impulso a la presencia de la Iglesia católica en Irak.

En el país, «la vida se reanuda lentamente –declaró el nuevo arzobispo al servicio informativo de la Conferencia Episcopal Italiana Sir–. Contra los americanos hay ataques perpetrados no tanto por iraquíes como por árabes. Sin embargo, toda la población se declara feliz con el cambio».

Y es que «tras 35 años de dictadura, dos guerras con un millón de muertos, 12 años de embargo y más de un millón de emigrantes, hoy se puede volver a pensar y vivir libremente», constató.

Sin embargo, el prelado observó que aún queda mucho que hacer por la paz, que «es fruto de un proyecto y de un largo camino. El pueblo debe ser educado en la paz, en el diálogo; y ello no se consigue con las armas».

Es este proceso de reconstrucción, también los cristianos están llamados a dar su propia contribución a base, sobre todo, «de apertura y de diálogo».

«Hay que trabajar por la reconciliación –concluyó monseñor Sako–. En el nuevo gobierno nacional hay un ministro cristiano. Puede ser el comienzo de una presencia que debe en cualquier caso difundirse también en los pequeños centros y en las instituciones periféricas. Los musulmanes esperan mucho de nosotros».

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ZENIT Staff

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