La misa con los universitarios subraya una dimensión importante de este pontificado

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ROMA, 24 octubre 2003 (ZENIT.org).- Presidida en sustitución del Papa por el cardenal Zenon Grocholewski –prefecto de la Congregación vaticana para la Educación católica–, este viernes se celebró la solemne eucaristía de inicio del año académico de las Universidades Pontificias de Roma.

Se trata de una cita que al pontífice recuerda sus años de universitario y profesor y que, al mismo tiempo, atrae el interés del pontífice como pastor por tres motivos pastorales, según constató el cardenal Grocholewski ante los micrófonos de Radio Vaticana.

Se observa «en primer lugar, obviamente, la atención por la salvaguardia y el desarrollo del depósito de la fe –explicó–. El Santo Padre se muestra muy responsable y comprometido en sus distintos documentos: encíclicas, exhortaciones, cartas apostólicas, mensajes, catequesis, homilías, etc.».

Presta particular atención el Papa, en segundo lugar, a la relación entre ética investigación científica, «la relación entre el progreso científico y el progreso moral». «Todas son cuestiones fundamentales para el futuro del mundo», observó el purpurado.

Y un «tercer aspecto: la relación entre fe y razón –añadió el cardenal Grocholewski–. Puesto que Dios es el autor de la creación y de la revelación, no puede haber una contradicción entre fe y ciencia». <br>
Las Pontificias Universidades romanas son la Gregoriana (3.500 estudiantes, según cifras aproximadas de Radio Vaticano) la de Letrán (2.700), la Urbaniana (1.300), la de Santo Tomás de Aquino –el «Angelicum»– (1.600), la Salesiana (1.700), la de la Santa Cruz (1.300), y «Regina Apostolorum» (2.600).

A estos centros hay que añadir los Pontificios Institutos: Bíblico, Oriental, «Regina Mundi», el Instituto Superior de Latinidad, el de Música Sacra, el de Arqueología Cristiana y el de Estudios Árabes e Islamística.

En Roma también se encuentran las Pontificias Facultades Teológicas: San Buenaventura, «Teresianum», «Marianum» y la de Ciencias de la Educación «Auxilium».

Completan el panorama formativo otros cuatro Institutos: la Academia Alfonsiana, el «Claretianum», el «Augustinianum» y el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia.

El número total de estudiantes en los centros citados gira en torno a 20.000, los profesores son más de 2.000 y sus bibliotecas contienen casi 5 millones de volúmenes.

La relación de Juan Pablo II con la educación católica en sus 25 años de pontificado viene de más atrás. En efecto, antes de ser elegido Papa, fue miembro de la Congregación vaticana para la Educación Católica, mostrándose muy activo en la preparación de documentos.

Desde el punto de vista legislativo, el Santo Padre no es sólo autor del Código de Derecho Canónico, del Código de las Iglesias Orientales, donde se habla ampliamente de formación y de estudio, sino que también es autor de dos documentos legislativos fundamentales relativos a los estudios superiores: la Constitución Apostólica «Sapientia Cristiana» (1979) y la Constitución Apostólica «Ex Corde Ecclesiae» (1990).

De los dos últimos, el primero se refiere a las Universidades y a las Facultades eclesiásticas, esto es, las que tocan la revelación y están vinculadas a la misión de la Iglesia, ya sea en Teología, Derecho Canónico, Historia de la Iglesia o Filosofía Cristiana.

El segundo documento legislativo se refiere a las universidades católicas, que se ocupan del resto de las materias, las mismas que se enseñan en las universidades estatales o privadas.

En ambos se da una preocupación fundamental del Papa: la necesidad de que las universidades católicas sean católicas, es decir, enseñen el magisterio que propone la Iglesia católica.

Cabe destacar igualmente el interés de Juan Pablo II por la Pontificia Academia de las Ciencias, que este año celebra los 500 años de su fundación, de la que fue miembro Galileo Galilei.

El Papa además fundó dos nuevas academias pontificias en 1994: la Pontifica Academia de las Ciencias Sociales –para promover las ciencias sociales, económicas, políticas y jurídicas a fin de formar la doctrina social de la Iglesia– y la Pontificia Academia para la Vida –para estudiar las cuestiones relativas a la promoción y defensa de la vida–.

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ZENIT Staff

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