CIUDAD DEL VATICANO, 17 octubre 2003 (ZENIT.org).- La exhortación apostólica postsinodal sobre el obispo, publicada este jueves por Juan Pablo II se puede resumir en cuatro palabras: «Esperanza», «servicio», «misión», «comunión», afirma el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, que ha ayudado al Papa en la redacción del documento.
La misiva pontifica, «Pastores gregis» («Los pastores de la grey»), que recoge las conclusiones
del Sínodo de los obispos del mundo que se celebró entre el 27 de septiembre y el 30 de octubre de 2001, fue presentada este viernes por el purpurado argentino en una rueda de prensa.
Estas cuatro palabras, siguió explicando el cardenal, que fue relator adjunto del Sínodo, «se traducen en una exhortación a la santidad, palabra que aparece más de cien veces en el texto».
La santidad, insistió citando la exhortación apostólica, es la vocación del obispo, «particularmente actual hoy, en tiempos de crisis del espíritu».
En respuesta a un periodista que le preguntó cuál considera él, como arzobispo de Buenos Aires, que es su mayor reto, el purpurado respondió: «En la gran ciudades, la pastoral urbana, que debe penetrar en la cultura urbana, para responder con la esperanza de Cristo».
«La gente de la ciudad tiene una esperanza que se le ha satisfecho y por tanto tiene necesidad de redescubrir el sentido de la admiración y de el estupor frente a la revelación del Evangelio. El anuncio del kerygma es más necesario que nunca en las grandes ciudades», consideró.
A otro periodista que le preguntó qué deben hacer los obispos ante escándalos provocados por sacerdotes, el mismo cardenal dijo: «Todo está escrito en la exhortación apostólica postsinodal «Pastores dabo vobis», si los obispos la toman en serio».
En ese documento de Juan Pablo II sobre el sacerdocio, recordó, se afronta de lleno la cuestión de la «formación de los seminarios, la formación continua de los sacerdote y la responsabilidad del obispo».
En la rueda de prensa participaron además el cardenal Jan P. Schotte, C.I.C.M., secretario general del Sínodo de los Obispos; y monseñor Marcello Semeraro, obispo italiano di Oria, secretario de la asamblea del Sínodo que llevaba por tema «El obispo: servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo».
