CIUDAD DEL VATICANO, 3 octubre 2003 (ZENIT.org).- Mientras se repiten los casos de órganos informativos que sacan de contexto declaraciones de cardenales sobre la salud de Juan Pablo II, uno de sus más inmediatos colaboradores, el cardenal Giovanni Battista Re, asegura: «No hay motivo de alarma».
El prefecto de la Congregación para los Obispos, quien el miércoles almorzó con el Papa, aclara: «El Papa es un hombre fuerte, lúcido de mente con una visión clara del mundo».
«Ciertamente experimenta dificultades reales de pronunciación, sobre todo cuando se cansa y tiene problemas para caminar», añadió el jueves al presentar en Roma el libro: «Homenaje a María de veinte cardenales».
El Santo Padre mantuvo este viernes una agenda llena de audiencias. En la mañana recibió al ministro de Asuntos Exteriores de El Líbano, Jean Obeid, a tres obispos de Filipinas, así como a los religiosos participantes en el capítulo general de la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas).
Al cierre de esta edición, debía tener lugar la audiencia del Papa al primer ministro de Polonia, Leszek Miller, quien ha llegado a Roma para participar en la Conferencia Intergubernamental de la Unión Europea.
Las declaraciones del cardenal Re tuvieron lugar después de que las agencias de prensa volvieran a sembrar inquietudes por la salud del Papa al sacar fuera de contexto declaraciones del cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena.
En una entrevista a la radio nacional austríaca, el purpurado afirmó que «incluso una vida tan completa e intensa» como la de este Papa debe «terminar alguna vez». Agregó que eso es algo bastante natural, pero que lo inusual es que suceda «bajo la mirada de todo el mundo».
«Todo el mundo está experimentando un Papa enfermo, incapacitado, y que se está muriendo –no se cuán cerca está de la muerte– quien se está acercando a los últimos días y meses de su vida», explicó.
Según el cardenal, la imagen del Papa frágil «es una señal fuerte para nuestra sociedad, que idolatra la salud».
La entrevista del cardenal fue relanzada por una agencia internacional con un título recortado: «The Pope is dying» (El Papa se está muriendo).
Al ver publicadas de este modo las declaraciones, un portavoz del cardenal, Erich Leitenberger, pidió comprender las afirmaciones del cardenal de manera «filosófica y no al pie de la letra».
El día anterior, el secretario personal de Juan Pablo II, el arzobispo Stanislaw Dziwisz, había constatado que la prensa ha distorsionado profundamente un comentario privado realizado por el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hasta el punto de que el purpurado alemán estalló en lágrimas al ver lo sucedido.
Según el portal australiano de información News.com, el ministro de Asuntos Exteriores de este país, Alexander Downer, tras ser recibido este jueves en audiencia por el Papa, aseguró que la salud del Santo Padre parece mucho mejor de lo que dicen los medios de comunicación.
«No es como en los medios de comunicación. No está en las últimas», dijo Downer tras la audiencia.