El cardenal de Santiago de Chile y la publicidad contra el divorcio

SANTIAGO, 6 octubre 2003 (ZENIT.org).- Publicamos la transcripción de la entrevista que concedió el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago de Chile y presidente de la Conferencia Episcopal, sobre la campaña publicitaria a favor del matrimonio indisoluble concedida a la edición matinal de 24 horas (TVN), el 2 de octubre de 2003.

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–¿Usted conoció los spots antes de que salieran al aire?

–Cardenal Errázuriz: No. Yo sabía el sentido general de la campaña, pero los spots, exactamente cómo estaban siendo hechos, no conocía.

–¿Usted, como Arzobispo de Santiago, y como Presidente de la Conferencia Episcopal, apoya esta campaña?

–Cardenal Errázuriz: La apoyé siempre, desde el comienzo. Ahora, lo que sí, es que la campaña tuvo un efecto no deseado respecto a jóvenes que eran hijos de matrimonios que se habían separado, y eso hace discutible la presentación de la misma encuesta.

–¿Qué efectos no deseados?

–Cardenal Errázuriz: Algunos dijeron que se sentían discriminados o que se sentían estigmatizados. De ninguna manera fue esa la intención. Yo creo que tampoco se les estigmatiza. O sea, si uno toma datos estadísticos de otros países diciendo que eso no ocurre así en Chile… Pero hay que tomar en serio que se han sentido estigmatizados y en ese caso yo creo que, lo que son las estadísticas, es mejor no seguir publicándolo.

–O sea, ¿la campaña sale del aire?

–Cardenal Errázuriz: No, porque la campaña tiene muchos elementos, no es ése el único. Quiere hacer reflexionar y creo que está ayudando a la reflexión, pero si es que esas estadísticas están de alguna manera hiriendo la sensibilidad de personas que nadie quisiera herir por ningún motivo, yo creo que no es bueno que sigan.

–O sea, ¿la parte de la campaña que dice relación con las estadísticas no se va a seguir exhibiendo?

–Cardenal Errázuriz: Yo creo que no. He pedido que no.

–Y en ese sentido, ¿quién reconoce el error públicamente? ¿es Usted, la Vicaria de la Familia, quienes participaron de esta idea?

–Cardenal Errázuriz: Bueno, es que en primer lugar nadie quiso estigmatizar a nadie, y yo creo que los hechos, cualquier estadística, si es que es recibida en forma muy personal, muy subjetiva, podría considerarse que era una estigmatización. Eso no se pensó así, no se quiso así. Pero si se provoca eso, si se siente eso, yo creo que es mejor que no esté.

–Llamó la atención a muchos esta disputa pública a través de cartas a los diarios entre el Padre Felipe Berríos y el Obispo Orozimbo Fuenzalida. ¿Es que hay dos visiones al interior de la Iglesia sobre un mismo tema?

–Cardenal Errázuriz: Ése es, por así decirlo, el tema. Si es que el spot era un buen medio o un mal medio, es discutible: es algo que no pertenece al dogma, no pertenece a la moral, y por lo tanto alguien puede decir “no me gusta”, el otro dice “me gusta”. Yo creo que ese tema en concreto es discutible.

–Lo que pasa es que aquí el Padre Felipe Berríos llama públicamente, no sólo a sacar del aire este spot, sino que también pide públicas disculpas a los hijos de divorciados, mientras que el Obispo Orozimbo Fuenzalida dice que es el Padre Berríos quien debe disculparse públicamente ante Usted, ante el Cardenal…

–Cardenal Errázuriz: Dejemos ese tema…

–¿Qué es exactamente lo que se pretende con esta campaña, Cardenal?

–Cardenal Errázuriz: Yo creo que es plantear un tema que tiene muchos niveles, muchas dimensiones, y que es muy importante que la sociedad se lo plantee. Porque no es solamente si el spot es conveniente o no, tampoco ni siquiera si la separación lo es… puede ser que en un matrimonio lleguen a una situación tal que cause tanto daño a un esposo o a los hijos… No es ése tampoco el problema.

Hay un problema muy profundo respecto de la familia en Chile. Son muchas las familias que no se constituyen o que están constituidas pero no hay una calidad de convivencia, de confianza. Son muchos los hijos que sufren también por estos motivos. Lo saben los que son profesores. Hay colegios que precisamente acogen con mucha mayor apertura a hijos que están sufriendo por la relación entre sus padres. Yo creo que hay un problema muy hondo. Era importante verlo. Y otra cosa es que actualmente se está aprobando una ley de matrimonio, y también ahí hay un problema que no siempre se visualiza.

–Vamos a eso, porque al término de uno de estos spots se señala: “de nuestra legislación depende que esto no ocurra en Chile”. ¿Se está tratando de influir en la votación de los parlamentarios?

–Cardenal Errázuriz: En la reflexión de la gente que está preocupada de este tema, sí. Sin duda. Pero influir en el sentido de mostrar hechos verdaderos, de llevar a la reflexión, y que después cada persona tendrá que ver cuál es el resultado de esta reflexión.

–¿No puede esto ser considerado una presión hacia un poder del Estado?

–Cardenal Errázuriz: Siempre cualquier tema que se trate con verdad cerca de una votación se puede considerar presión. Ahora, hay personas que tienen un nivel suficiente para decir “A mí me importa el tema verdad, me importa saber qué ocurre; de esa reflexión que me es muy valiosa yo voy a sacar las conclusiones para la votación mía”.
Yo creo que en esta materia hay un tema que es muy difícil y que casi nadie lo percibe: es que se está cambiando profundamente la definición de matrimonio: qué es el matrimonio. O sea, está definido en el Código Civil como un contrato entre hombre y mujer, para toda la vida, o sea indisoluble, para procrear, para apoyarse mutuamente. Si es que se aprobara la ley tal cual está, desaparece absolutamente esa definición. Ni siquiera existe una promesa, o sea, que yo a la otra persona le prometo acompañarla, le prometo estar junto a ella, sino que simplemente es el encuentro de dos propósitos que cada uno, en determinado momento, puede prescindir de él.

–Cardenal, pero en la práctica ¿qué es lo que busca la Iglesia? ¿dificultar los trámites para que la gente pueda divorciarse en Chile?

–Cardenal Errázuriz: Lo que desearíamos es que se discuta sobre esta materia y que se tomen conclusiones, no solamente de orden legislativo, sino que también, por ejemplo, en cuanto a la enseñanza: cómo se prepara en Chile a jóvenes que están dispuestos a buscar el bien del otro, la felicidad del otro, unirse a otra persona, y no que vivan con una perspectiva simplemente individualista (mi felicidad, mi bien, mi libertad absoluta).

–El hecho de que se plantee que Chile es uno de los pocos países occidentales –junto con Malta, entiendo– que no contempla una ley de divorcio, ¿cómo lo toma la Iglesia? ¿nos estamos quedando atrás en la modernidad? ¿Estamos siendo excesivamente conservadores como nación?

–Cardenal Errázuriz: Yo creo que hay cosas conservadoras que son muy buenas y hay cosas progresistas que son muy buenas. No es cuestión de una cosa o la otra. Muchas veces en la historia de repente entra un sentir común en el mundo occidental y se va aceptando. Por ejemplo, durante un tiempo todos los países tenían esclavos. Si Chile hubiera sido el único país del mundo sin esclavos, lo encuentro fantástico, lo aplaudo. Si Chile fuera el único país del mundo sin aborto, el único país del mundo sin pena de muerte, ¡fenomenal!. Yo creo que hay que andarse con cuidado en esto. Entra a veces un sentir que está de moda. Se piensa que esta modernidad -la del aborto, la del divorcio, etc.- es excelente, y después los países que ya dieron los pasos empiezan a reconsiderar, empiezan a frenar, y nosotros primero tenemos que caer en el hoyo… Yo creo que no es necesario.

–El diputado Arturo Longton dice que la Iglesia debiera hacer una encuesta respecto de las familias, los hijos, todas las personas que fueron afectadas por pedofilia por parte de miembros de la Iglesia Católica. ¿Usted como toma estas palabras?

–Cardenal Errázuriz: Encuentro que es una manera muy barata de discutir. Hay que ir al fondo de las cosas, hay que ver la verdad de las cosas y no trat
ar de desprestigiar al contendor. Por lo tanto, lo que él dice es equivocado. Las cosas, o son verdaderas, o no son verdaderas. De eso se trata.

–Y respecto de lo que ha dicho el Ministro del Interior, José Miguel Insulza, en términos de que todos se casan para toda la vida y que incluso los sacerdotes comprometen votos para toda la vida, pero también en el caso de la Iglesia no siempre se cumple ese objetivo…

–Cardenal Errázuriz: Bueno, eso es verdad. Siempre cuando una persona hace un acto libre, después puede ocurrir que algún día no esté de acuerdo con lo que hizo, o sea débil, o sea infiel a lo que prometió, a lo que hizo. Eso ocurre, pero ocurre en todos los campos.

–Para cerrar este tema, Cardenal, con todo lo que usted ha trabajado, con todo lo que ha conocido y conversado también con los parlamentarios en el marco de la discusión de esta ley que se llama de Matrimonio Civil… ¿va a haber divorcio vincular en Chile?

–Cardenal Errázuriz: Yo creo que la voluntad de la gran mayoría de los parlamentarios es que haya. Nos parece importante que sean cuidadosos en cuanto a una forma de divorcio que es tan abierta a veces que al final ni siquiera vale la pena casarse. Y nos parece importante que se respete la libertad de conciencia de los que quieren contraer matrimonio sin la posibilidad del divorcio, ya sea en forma de matrimonio civil, ya sea en forma de matrimonio religioso. Nos parece que el respeto a la libertad de conciencia debiera llevar a eso.

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ZENIT Staff

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