CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 24 noviembre 2005 (ZENIT.org).- Ante la cumbre mundial sobre el comercio internacional, Benedicto XVI pidió este jueves solidaridad a favor de las poblaciones más desaventajadas, permitiendo el acceso a los mercados en particular de sus productos agrícolas.

El Papa lanzó su llamamiento al encontrarse con los participantes en la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Muchos de los que escucharon sus palabras estarán presentes en la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio que se celebrará del 13 al 18 de diciembre en Hong Kong.

«La Santa Sede espera que, en el ámbito del comercio internacional y el sector agrícola, prevalezca siempre la solidaridad hacia quienes están en desventaja y se abandonen de una vez los intereses locales y las lógicas del poder», afirmó en su discurso pronunciado en inglés.

No se puede olvidar, añadió, que «la vulnerabilidad del mundo rural tiene repercusiones sobre la subsistencia individual y de las familias de los pequeños agricultores, si se les niega el acceso al mercado».

«Actuar coherentemente significa, por tanto, reconocer el papel insustituible de la familia rural, custodia de valores y canal natural de solidaridad en las relaciones entre las generaciones», reconoció el obispo de Roma.

Por este motivo, propuso, «es necesario sostener también el papel de la mujer rural, y asegurar que se les asegure a los niños, además de la alimentación, los elementos básicos para su educación».

El pontífice manifestó la particular preocupación de la Iglesia por los «pequeños agricultores rurales, que representan una parte importante de la población activa, especialmente en los países en vías de desarrollo».

«Un camino que quizás habría que recorrer --sugirió-- podría ser el de asegurar a las poblaciones rurales los recursos e instrumentos indispensables, comenzando por la formación y educación, así como estructuras organizativas que tutelen a las pequeñas empresas familiares y a las cooperativas».

Benedicto XVI mencionó también «la importancia de ayudar a las comunidades indígenas, que con demasiada frecuencia son objeto de apropiaciones indebidas que persiguen únicamente el beneficio».