VIENA, lunes 2 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Tras la muerte de Bin Laden hay que extremar la protección de las minorías cristianas amenazadas por el fundamentalismo islámico, especialmente por los gobiernos de los países afectados.
Así lo afirmó hoy en una nota Massimo Introvigne, representante de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) para la lucha contra el racismo y la discriminación de los cristianos.
“Es un grave y preciso deber de los gobiernos de Paquistán y de los demás países donde las minorías cristianas son amenazadas por el ultra-fundamentalismo islámico es proteger en seguida a los cristianos contra las represalias anunciadas por Al Qaeda y sus aliados”, afirma Introvigne.
“Estos gobiernos – precisa Introvigne – no podrán decir que esto les coge por sorpresa: hay sitios yihadistas que en estas horas piden ya que se asalten las iglesias y se mate a los cristianos”.
Massimo Introvigne, que precisamente es autor de una biografía de bin Laden, considera que su muerte “es fundamental desde el punto de vista simbólico, pero no conseguirá destruir a Al Qaeda, que ya opera más como red que como movimiento, desde el punto de vista operativo”.
Al contrario, advirtió, “existe el riesgo de que en breve la fragmentación de los centros de toma de decisiones produzca una multiplicación de los atentados”.
El próximo miércoles 4 de mayo, Introvigne tiene previsto visitar, junto con una delegación de la OSCE, Italia y la Santa Sede.
“Coordinaremos los esfuerzos – afirma la nota – para ejercer una presión al mismo tiempo cortés y exigente sobre los gobiernos de las zonas en riesgo: un compromiso en el cual Italia y la Santa Sede ya están en primera línea, pero existe cierta dificultad en convencer a otros países de la gravedad del problema”.