CIUDAD DEL VATICANO, lunes 30 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El diálogo entre la Iglesia católica y la comunión anglicana se desarrollará en los próximos años intentando hacer avanzar la unidad “aprendiendo de nuestros compañeros, más que pidiéndoles que aprendan de nosotros”.

La Comisión Internacional Anglicano-Católica (ARCIC) se ha comprometido a hacer propio el llamado ecumenismo de recepción, en la primera reunión de su tercera fase, celebrada del 17 al 27 de mayo en el monasterio italiano de Bose.

Un comunicado del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos publicado este sábado indica que “en la consideración del método que será usado por el ARCIC III, la Comisión se apoyó en la aproximación del ecumenismo de recepción.

El ecumenismo de recepción se basa en nosotros mismos y en la conversión interior, más que en el intento de convencer a los demás.

Para el Consejo Pontificio, “anglicanos y católicos pueden ayudarse recíprocamente a crecer en la fe, en la vida y en el testimonio cristiano si están abiertos y dispuestos a dejarse transformar por la gracia divina mediada por los unos y los otros”.

Discernir la enseñanza ética

Los debates del encuentro se centraron en la Iglesia como comunión local y universal y en cómo, en la comunión, la Iglesia local y universal logra discernir la justa enseñanza ética.
ARCIC III ha elaborado un programa de trabajo que analiza la Iglesia, sobre todo a la luz de su ser radicada en Cristo en el misterio pascual.

“Este acento puesto en Jesucristo, humano y divino -considera el Consejo Pontificio- permite a la Comisión el lanzamiento creativo de una mirada a la relación entre la Iglesia local y universal en la comunión”.

Los representantes de la Iglesia católica en este diálogo explicaron que la Comisión intentará desarrollar una interpretación teológica de la persona, de la sociedad humana y de la nueva vida de gracia en Cristo.

“Esto será la base sobre la que proceder, con el estudio de cómo la enseñanza ética justa se determina a nivel universal y local”.

ARCIC III basará su análisis en las Escrituras, la tradición y la razón, y también aprovechará el trabajo precedente de la Comisión.

Además, la Comisión “examinará algunas cuestiones particulares para explicar como nuestras dos comuniones se comportan en la toma de decisiones de naturaleza moral y como áreas de tensión entre anglicanos y católicos pueden ser resueltas aprendiendo los unos de los otros”.

Las reuniones también permitieron a la Comisión reflexionar sobre el modo en el que presentar el trabajo de su fase anterior en su totalidad, con comentarios adecuados, para favorecer su recepción.

La Comisión está formada dieciocho teólogos procedentes de todo el mundo (diez anglicanos y ocho católicos).

Co-presidida por el arzobispo David Moxon (arzobispo anglicano de la diócesis de Nueva Zelanda) y por monseñor Bernard Longley (arzobispo católico de Birmingham), su próxima reunión está prevista para el año 2012.

45 años dialogando

El diálogo entre anglicanos y católicos comenzó oficialmente en 1966, propuesto por Pablo VI y por el arzobispo de Canterbury Michael Ramsey. Tras una fase preparatoria, se constituyó la Comisión conjunta (ARCIC) en 1968.

La primera fase del diálogo (ARCIC I) duró de 1970 a 1981, dirigida por el obispo anglicano Henry McAdoo, y el católico monseñor Alan Clark. En esta fase se habló sobre doctrina eucarística, autoridad y ministerio ordenado, llegando a la declaración conjunta de Windsor.

La segunda fase (ARCIC II) comenzó en 1983 y duró hasta este año, liderada por los obispos anglicanos Mark Santer, Frank Griswold y Peter Carnley, y los obispos católicos monseñor Cormac Murphy O'Connor y monseñor Alexander Joseph Brunett.

En esta fase se habló sobre doctrina de la salvación, comunión, magisterio y el papel de la Virgen María. En 2007, la Comisión aprobó el documento “Creciendo juntos en la Unidad y en la Misión”.

Sin embargo, el diálogo oficial fue suspendido por el papa Juan Pablo II en 2003, tras la consagración episcopal de Gene Robinson, un homosexual que mantenía una relación carnal.

Posteriormente, las dificultades aumentaron con la aprobación de la ordenación de mujeres, especialmente para cargos episcopales.

Otro de los acontecimientos sobresalientes de esta segunda fase fue la publicación, por parte del Papa Benedicto XVI, de la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus, el 9 de noviembre de 2009.

Tras su última reunión, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos destacó que lo que une a católicos y anglicanos es mayor que lo que los separa.