Blogueros invitan a la Iglesia a no tener miedo de los debates

Primer encuentro en el Vaticano

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CIUDAD DEL VATICANO, martes 3 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Los participantes en el encuentro de blogueros, organizado el 2 de mayo en el Vaticano por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales y el Consejo Pontificio para la Cultura, lanzaron un llamamiento a la Iglesia a no tener miedo del debate.

Los 150 autores de bitácora conformaron una asamblea muy diferente a la que en general se convoca en la Vía dell’Ospedale, junto a al Vía de la Conciliación. Nada más sentarse, prácticamente todos encendieron su ordenador portátil o sacaron su teléfono móvil para conectarse a Internet.

Y durante el encuentro, la discusión en Facebook o Twitter alcanzó una enorme intensidad.

Un encuentro, por tanto, tanto físico como virtual, para permitir a los otros 750 blogueros inscritos, que por falta de espacio no pudieron participar, pudieran seguirlo de cerca.

Esta reunión quería ser sumamente abierta, como declaró el presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, el arzobispo Claudio Maria Celli, al inicio de la sesión, precisando que no se trataba «de un encuentro de blogueros católicos, aunque muchos de ustedes se inspiren en los valore del Evangelio, sino que quiere ser un momento animado sobre todo por un diálogo respetuoso -como nos invita el Papa con frecuencia–: un respeto por la verdad».

La primera mesa redonda dio la palabra a varios de estos blogueros, que subrayaron la importancia de esta forma de comunicar en internet.

A través de los blogs, dijeron, la fe puede transmitirse y las discusiones se entablan entre las personas presentes en la red.

Citando palabras de Juan Pablo II, Andrés Beltramo, autor del blog «Sacro y profano», corresponsal en Roma de la agencia Notimex, invitó a la Iglesia a no tener miedo de abrir estos debates.

Consejo retomado por el autor italiano de varios blogs, Mattia Marasco, quien invitó a la Iglesia a «atreverse más» en este campo.

Los primeros cinco en tomar la palabra insistieron en el aspecto misionero de los blogs.

El padre Roderick Vonhögen confesó que descubrió casi por casualidad la fuerza y el poder de los blogs. Enviando vídeos en Internet, se ha convertido en «un pastor para personas que lo necesitan» y que van a verle en la red.

Este sacerdote holandés, que publica sus intervenciones en inglés, compara su actividad pastoral en la red a la construcción de una comunidad local.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, indicó uno de los aspectos más importantes de los blogs para la comunidad cristiana: «Los blogueros católicos son la opinión pública en la Iglesia. El magisterio conciliar preveía esta realidad, que no ha sido muy desarrollada».

Otros representantes de la Santa Sede ilustraron la escasez de recursos con los que cuenta la Santa Sede para estar presente en Internet, lo que ha promovido en los últimos tiempos el uso de las redes sociales (Facebook, Twitter,…).

Recursos estos últimos que están siendo utilizados de una manera particularmente eficaz por la organización de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, según se constató.

Este encuentro de breve duración fue presentado por monseñor Celli como el inicio de otras posibles iniciativas de mayor envergadura. Para la Santa Sede, reconoció él mismo, ha servido para llegar a «una toma de conciencia oficial de la existencia y de la importancia en la vida de hoy de la ‘blogosfera’«.

En el rostro de los blogueros, por otra parte, pudo constatarse la alegría provocada por el encuentro con colegas de otros rincones del planeta con pasiones comunes.

Un punto surgió con claridad de las discusiones: el nacimiento de un nuevo tipo de presencia pastoral en Internet, hasta el punto de que según el sacerdote italiano Marco Sanavio, hoy es necesaria la figura del «web-pastor».

Una misión que surgió en varias ocasiones en el encuentro, y que fue claramente presentada por François Jeanne-Beylot: «si Cristo viniera a predicar hoy, no se subiría a una montaña o una barca, sino que se iría a Twitter o abriría un blog».

Stéphane Lemessin

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ZENIT Staff

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