VENECIA, domingo 8 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La visita de dos días que ha realizado Benedicto XVI a Aquilea y Venecia en este fin de semana se ha convertido en un importante acontecimiento de nueva evangelización para el Nordeste de Italia. Presentamos algunas de las diez frases más impactantes que el pontífice ha pronunciado en sus siete intervenciones públicas.
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1.La misión prioritaria que el Señor os confía hoy, renovados por el encuentro personal con él, consiste en testimoniar el amor de Dios por el hombre. Estáis llamados a hacerlo ante todo con las obras del amor y las opciones de vida a favor de las personas concretas, comenzando por los más débiles, frágiles, indefensos, no autosuficientes, como los pobres, los ancianos, los enfermos... (A la asamblea del segundo congreso eclesial de Aquilea, 7 de mayo).
2. De la fe vivida con valentía surge, hoy igual que en el pasado, un fecunda cultura hecha de amor a la vida, desde la concepción hasta su ocaso natural, de promoción de la dignidad de la persona, de exaltación de la importancia de la familia, fundada en el matrimonio fiel y abierto a la vida, de compromiso por la justicia y la solidaridad (A la asamblea del segundo congreso eclesial de Aquilea, 7 de mayo).
3. Es necesario que los cristianos, apoyados por una "esperanza confiable" propongan la belleza del acontecimiento de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, a cada hombre y mujer, en una relación franca y sincera con los que no practican su fe, con los no creyentes y con los creyentes en otras religiones (A la asamblea del segundo congreso eclesial de Aquilea, 7 de mayo).
4. No reneguéis nada del Evangelio en el que creéis, sino más bien vivid entre los hombres con simpatía, comunicando en vuestro mismo estilo de vida ese humanismo que hunde sus raíces en el cristianismo, buscando edificar junto a todos los hombres de buena voluntad una "ciudad" más humana, más justa y solidaria (A la asamblea del segundo congreso eclesial de Aquilea, 7 de mayo).
5. [La política] tiene más necesidad que nunca de ver personas, sobre todo jóvenes, capaces de edificar una "vida buena" a favor y al servicio de todos. Los cristianos no pueden sustraerse de este compromiso, pues si bien son peregrinos hacia el Cielo, viven ya aquí una anticipación de la eternidad (A la asamblea del segundo congreso eclesial de Aquilea, 7 de mayo).
6.¡Sed santos! ¡Poned a Cristo en el centro de vuestra vida! Edificad sobre Él el edificio de vuestra existencia. En Jesús, encontraréis la fuerza para abriros a los demás y hacer de vosotros mismos, según su ejemplo, un don para toda la humanidad (misa en el Parque de San Julián de Mestre, 8 de mayo).
7. La auténtica realización del hombre y su verdadera alegría no se encuentran en el poder, en el éxito, en el dinero, sino sólo en Dios, que Jesucristo nos permite conocer y nos hace cercano (A la asamblea eclesial del patriarcado de Venecia, 8 de mayo).
8. La "santidad" no significa hacer cosas extraordinarias, sino seguir cada día la voluntad de Dios [...] Sí, hacen falta fieles laicos fascinados por el ideal de la "santidad" para edificar una sociedad digna del hombre, una civilización del amor (A la asamblea eclesial del patriarcado de Venecia, 8 de mayo).
9. Hay que escoger entre una ciudad "líquida", patria de una cultura que se presenta cada vez más como la de lo relativo y efímero, y una ciudad que renueva constantemente su belleza, recurriendo a los manantiales benéficos del arte, del saber de las relaciones entre los hombres y entre los pueblos (Al mundo de la cultura y de la economía, 8 de mayo).
10. El Evangelio es la fuerza más grande de transformación del mundo, pero no es una utopía, ni una ideología. Las primeras generaciones cristianas lo llamaban más bien el "camino", es decir, la manera de vivir que Cristo practicó en primer lugar y que nos invita a seguir (Al mundo de la cultura y de la economía, 8 de mayo).