CIUDAD DEL VATICANO, lunes 23 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- “Los europeos están llamados a empeñarse en crear las condiciones de una cohesión profunda y de una colaboración efectiva entre los pueblos”, destacó Benedicto XVI.
Lo hizo en el discurso que dirigió a la presidenta del Parlamento de Bulgaria, Tsetska Tsacheva, a quien recibió este lunes en el Vaticano en audiencia junto con una delegación católico-ortodoxa procedente de este país con motivo de la fiesta de los santos Cirilo y Metodio.
El Papa destacó la importancia de que “Europa crezca también en la dimensión espiritual, en la estela de su mejor historia”.
“Para edificar la nueva Europa sobre bases sólidas no basta apelar sólo a los intereses económicos, sino que es necesario partir más bien de valores auténticos , que tienen su fundamento en la ley moral universal, inscrita en el corazón de cada hombre”, declaró.
Consideró que “la unidad del continente, que está progresivamente madurando en las conciencias y se está definiendo también en el aspecto político, representa una perspectiva de gran esperanza”.
Y destacó que los santos Cirilo y Metodio recuerdan a Europa “que su unidad será más firme si se basa en las comunes raíces cristianas”.
“De hecho, en la compleja historia de Europa, el Cristianismo representa un elemento central y determinante”, añadió.
A los miembros de la delegación de Bulgaria que se encuentra en Roma les deseó que la herencia de los santos hermanos Cirilo y Metodio “alimente siempre en cada uno de vosotros el deseo de valorar el patrimonio espiritual de vuestras tierras y, al mismo tiempo, el de la apertura y de la comunión en el respeto recíproco”.