CIUDAD GUAYANA, lunes 9 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- En las instalaciones del Auditorium de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB)-Guayana, se ha celebrado el primer Festival de Espiritualidad en el Cine Venezolano (Fescive 2011).
El festival, pionero en América Latina, tiene como objetivo resaltar los valores humanos que ayudan a ser mejores personas y que estén presentes tanto en cortos, como en largometrajes de producción nacional, señala a ZENIT María Antonietta Perfetti, de la Pastoral de Medios de Comunicación de la diócesis de Ciudad Guayana.
Fescive ha sido organizado por Néstor Briceño, profesor de la UCAB Guayana, junto a José Angel Casanova, Alfredo Calzadilla y María Antonietta Perfetti, principales promotores de esta actividad.
La idea surgió hace muchos años ante la presencia de varios festivales “en otras latitudes” pero que nunca se habían desarrollado de este lado del mundo, afirman los organizadores.
De hecho, explica su presidente Néstor Briceño, Fescive “es el primero en su género que se hace en Latinoamérica”. “En otras partes del mundo hay festivales de Cine Espiritual y hay festivales de Cine y Espiritualidad; y se manejan con la idea de formar a las personas en todo lo que es espiritualidad en el cine: ver más allá de lo que tenemos a simple vista”, añade.
Briceño especifica la diferencia entre “Espiritualidad en el cine” o como es también llamado “Cine y Espiritualidad”; y “Cine Espiritual”. El primero “es la búsqueda de la trascendencia del ser humano en cualquiera de sus niveles: con el otro, consigo mismo, con la naturaleza, o con Dios; una trascendencia que no esté explícita en las películas». Mientras que «Cine Espiritual es una producción hecha específicamente para mostrar esa relación con Dios y con la familia”, concluye.
En representación de la Asociación Católica Mundial para la Comunicación (Signis), asistió al festival Pedro Sánchez, secretario de la Organización Católica Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (OCLAC) y presidente del jurado en Fescive.
Sánchez calificó esta iniciativa como un movimiento “pionero que vale la pena promover. Es una forma de acercar a la gente a la cultura del cine. En este caso es venezolano, pero hay muchos cines que si aprendemos a verlos, son de gran utilidad”.
Y agregó: “Cualquier cine puede ser educativo siempre y cuando podamos usar las herramientas”. En este sentido, hizo un llamamiento a aquellos formadores de las generaciones jóvenes animándoles a usar la cinematografía como una manera distinta de educar.
«Si nos acercamos, vamos a encontrar que hay buen cine que puede servir para reportar los valores humanos y cristianos que nos motivan a vivir. (…) Tenemos que preocuparnos por construir espíritus dóciles y fuertes; espíritus con capacidad de diálogos; tenemos que convertimos en personas y el cine nos ayuda mucho”, concluyó Sánchez.
También se contó con la presencia de Bladimir Rodríguez, representante del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), quien declaró: “Éstas son iniciativas reales que permiten que el cine comience a mostrar la cara de los productores, de los amantes del cine; que merecen este tipo de festivales, de una categoría extraordinaria y de una organización ejemplar. Creo que hemos avanzado una enormidad en la organización de festivales en esta zona. Guayana se merece tener un festival de esta categoría y talla y un equipo extraordinario que lo está dirigiendo”.
José Miguel Zamora, uno de los directores que mostró su corto en el festival, explicó que De la fe al miedo es un corto que quiere “mostrarle a los adultos que están en la búsqueda de un camino, y de encontrarse a sí mismos, viéndose a través de su niñez, volviendo al pasado”.
De la fe al miedo es una producción regional: producida y grabada completamente en Guayana, y con talento guayanés. Su objetivo es demostrar que cualquiera que tenga un sueño, y que tenga una idea, puede desarrollarla “siempre y cuando tenga fe en sí mismo”, dijo Zamora.
Por su parte, Ignacio Castillo Cottin presentó su largometraje La Virgen Negra. Castillo definió esta iniciativa como “muy valiosa dado que recoge la esencia del ser humano, de los realizadores, de la imagen del cine; y es importante tener este tipo de exhibiciones”.
El primer Festival de Espiritualidad en el Cine Venezolano concluyó el viernes 6 de mayo con un total de 18 cortometrajes y 12 largometrajes proyectados.
El jurado estaba compuesto por Alfredo Calzadilla, Luisa Pernalete y Pedro Sánchez por parte de Signis, y Gustavo Ponne, José Gregorio Maita y Bladimir Rodríguez, por parte de Fescive.
En el hotel Hotel Eurobuilding de la ciudad tuvo lugar el acto de entrega de los premios del festival. Durante el evento de clausura, además de los premios del Fescive, se otorgó el reconocimiento Signis al mejor largometraje y cortometraje, y el premio del público, mediante encuestas realizadas en las proyecciones del festival.
Los ganadores fueron los siguientes, para largometrajes: mejor actor, Leónidas Urbina, en Macuro; mejor actriz, Endry Cedeño, en Cheila, una casa pa’ maíta;mejor musicalización, Habana Eva; mejor fotografía: Taita Boves; mejor guión, Hermano; mejor dirección, Hernán Jabés, en Macuro; mejor largometraje, Macuro, de Hernán Jabés.
Los cortometrajes premiados fueron: mejor actor, León Klein, en La tengo o no la tengo; mejor actriz, María Carolina Maldonado, en Bangladesh; mejor musicalización, I Wanna Shine; mejor fotografía, Jesús TV; mejor guión, Colmillo, de Albi de Abreu; mejor dirección, Prakriti Maduro, en I Wanna Shine; mejor cortometraje, Bangladesh, de Héctor Orbegoso.
El reconocimiento de Signis fue para: mejor cortometraje, Colmillo, de Albi de Abreu; mejor largometraje, Macuro, de Hernán Jabés.
Premios del público: personaje masculino en cortometraje, Tony, de Bangladesh (525 votos); personaje femenino en cortometraje, Fabiola, de No está fácil (820 votos).