MAGNANO, martes 17 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- La Comisión Internacional Anglicano-Católica (ARCIC) se reúne desde hoy en el monasterio italiano de Bose, entrando así en la tercera parte del diálogo entre ambas confesiones.
La ARCIC III debatirá sobre “La Iglesia como comunión local y universal”, y “Cómo, en la comunión, la Iglesia local y universal llega a discernir la enseñanza ética correcta”, según informa el propio monasterio de Bose.
Esta Comisión está compuesta por 18 miembros, diez anglicanos y ocho católicos, y la presiden monseñor Bernard Longley, arzobispo de Birmingham (por parte católica), y el arzobispo David Moxon, de la diócesis anglicana de Nueva Zelanda.
Monseñor Longley explicó, en una entrevista hecha pública hoy por la agencia ICN (Independet Catholic News), que ARCIC III constituye la tercera fase del diálogo entre la Comunión Anglicana y la Iglesia Católica.
ARCIC III surge del encuentro entre el Papa Benedicto XVI y el Arzobispo Rowan Williams en 2009, cuando ambos expresaron su deseo de continuar el diálogo.
Según monseñor Longley, ambos pidieron a la Comisión “abordar los importantes temas implicados en los factores eclesiológicos y éticos emergentes, que hacen que el camino ecuménico sea más difícil y arduo”.
En otras palabras, se pide a ARCIC III una reflexión “sobre la naturaleza de la Iglesia tal como la entienden anglicanos y católicos, y considerar la forma como la Iglesia llega a una enseñanza autorizada, especialmente en cuestiones morales”.
El arzobispo de Birmingham expresó su deseo de que esta tercera fase contribuya a “explorar nuestras relaciones eclesiales” de manera que se “asuma colectivamente nuestra historia ecuménica, y para construir un entendimiento común del método de nuestro diálogo teológico”.
Estos objetivos, reconoció, supondrán un reto para los miembros de ARCIC; “espero que podamos establecernos como un grupo cohesionado que confía en abordar las cuestiones difíciles en nuestras relaciones de una manera creativa y positiva”.
“El diálogo ecuménico ha estado pasando por un período difícil, pero este nuevo comienzo para ARCIC indica el firme compromiso de la Iglesia Católica y la Comunión Anglicana a la búsqueda de la comunión más profunda y más completa en respuesta a la oración de nuestro Señor de que todos sean uno”.
Diálogo difícil
El diálogo entre anglicanos y católicos comenzó oficialmente en 1966, propuesto por Pablo VI y por el arzobispo de Canterbury Michael Ramsey. Tras una fase preparatoria, se constituyó la Comisión conjunta (ARCIC) en 1968.
La primera fase del diálogo (ARCIC I) duró de 1970 a 1981, dirigida por el obispo anglicano Henry McAdoo, y el católico monseñor Alan Clark. En esta fase se habló sobre doctrina eucarística, autoridad y ministerio ordenado, llegando a la declaración conjunta de Windsor.
La segunda fase (ARCIC II) comenzó en 1983 y duró hasta este año, lideradas por los obispos anglicanos Mark Santer, Frank Griswold y Peter Carnley, y los obispos católicos monseñor Cormac Murphy O’Connor y monseñor Alexander Joseph Brunett.
En esta fase se habló sobre doctrina de la salvación, comunión, magisterio y el papel de la Virgen María. En 2007, la Comisión aprobó el documento “Creciendo juntos en la Unidad y en la Misión”.
Sin embargo, el diálogo oficial fue suspendido por el papa Juan Pablo II en 2003, tras la consagración episcopal de Gene Robinson, un homosexual que mantenía una relación carnal. Posteriormente, las dificultades aumentaron con la aprobación de la ordenación de mujeres, especialmente para cargos episcopales.
Otro de los acontecimientos sobresalientes de esta segunda fase fue la publicación, por parte del Papa Benedicto XVI, de la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus, el 9 de noviembre de 2009.
Al respecto, monseñor Longley reconoció que el clima de esta tercera Comisión “es muy diferente de los anteriores, aunque el fin último debe ser el mismo”.
“Por supuesto, debemos afrontar los obstáculos que hacen este camino mucho más difícil. Esta fase de ARCIC reconocerá el impacto de las actuaciones de algunas provincias anglicanas, que han vuelto a poner sobre la mesa el tema de la naturaleza de la comunión en la Iglesia”, concluyó. “Esperamos que ARCIC III pueda contribuir a resolver algunos de los temas que parecen inabordables actualmente”.
Por Inma Álvarez