SPOLETO, jueves 26 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- “La beatificación del Juan Pablo II fue un abrazo que el mundo le quiso dar a este gran papa. Un abrazo que se ha prolongado en la muestra fotográfica en honor del pontífice en la catedral de la ciudad italiana de Spoleto”.
Lo indicó el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, en la apertura del evento “Juan Pablo II: el hombre que hizo historia”, que estará abierta hasta el 30 de agosto. Las fotos son de la agencia de noticias Reuters.
“La iniciativa nos invita a posar la mirada en el camino realizado por el “Papa venido de un lejano país” el cual deseó transformarse en padre de la familia humana mientras realizaba con singular dedicación su servicio de obispo de Roma y supremo pastor de la Iglesia como sucesor del apóstol Pedro”, indicó el cardenal.
El purpurado recordó que el 22 de octubre, día en el que Juan Pablo II inició su ministerio petrino, ahora es el día en el que la memoria litúrgica le recuerda.
La elección de la fecha, explicó el cardenal, “quiso subrayar el corazón del pontificado” representado por la cruz y la exhortación “abrid de par en par las puertas a Cristo”.
“Queridos hermanos, Juan Pablo II fue seguramente un hombre que hizo historia” –dijo- y la historia no lo ha olvidado no obstante sea conocida su ingratitud”.
“La huella impresionante que él dejó en los eventos humanos tocando en profundidad el espíritu de innumerables hombres y mujeres de todas las edades, y de qué manera para los más jóvenes, como los de todas las religiones, culturas y clases sociales, es la prueba”.
El secreto del Pontífice que le permitió llegar a los hombres, dijo, “está en la capacidad de tocar lo esencial de su misterio, haciendo vibrar la insuprimible nostalgia de Dios, que habita en la profundidad de su espíritu”.