BELFAST, miércoles 4 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- En vista de las elecciones de este jueves en Irlanda del Norte, los obispos exhortan a los electores a considerar las cuestiones relativas a la pobreza, sobre todo respecto a los niños.
El Consejo Católico de Irlanda del Norte sobre las Cuestiones Sociales (NICCOSA), un subcomité de la Conferencia Episcopal de Irlanda, organizó recientemente en Belfast, un encuentro pre-electoral con el tema “Desde la crisis a la esperanza: trabajar para alcanzar el bien común”:
El evento se centró en un documento con el mismo título difundido en febrero por la Conferencia Episcopal.
En una intervención durante el encuentro, monseñor Noël Treanor de Down y Connor, presidente de la Comisión episcopal para las Cuestiones Sociales e Internacionales, declaró que “mientras Irlanda del Norte emerge de la disonancia del conflicto violento, la dolorosa herencia de fragilidad y necesidad humana, social y económica es cada vez más importante y pide una respuesta concertada y estratégica por parte de cuantos elegimos para nuestras instituciones políticas”.
El prelado ha reconocido que “los sucesos dramáticos en el sistema bancario internacional de los últimos años han tenido profundas consecuencias, sea para los individuos que por la economías internacionales”.
“Irlanda del Norte es una interfaz única en esta crisis global”, observó. “Debe responder a cortes dramáticos del gasto público sobre el que no hay un control eficaz a causa de la situación económica en el Reino Unido”.
Las asociaciones locales
“Es necesario que la próxima Asamblea reconozca la importancia de afrontar muchas de las muy urgentes necesidades de nuestra sociedad, sobre la base de asociación con las comunidades locales y con todos los agente del capital social que contribuyen al bienestar y a la calidad de vida de aquella comunidad”, destacó.
“El sector en el que esto es quizás más urgente es el de la pobreza infantil”, comento el obispo, subrayando que Irlanda del Norte tiene “los niveles más altos de pobreza infantil sea relativa o absoluta en todas las regiones del Reino Unido y de la República de Irlanda”.
“Después de algunos éxitos iniciales en la reducción del porcentaje de niños que viven en la pobreza absoluta en el periodo entre el 2000 y el 2005, las estadísticas destacan un aumento del nivel de pobreza absoluta entre los niños de Irlanda del Norte en los últimos tres años”, añadió.
“Es una acusación terrible a nuestras prioridades sociales y económicas como sociedad y a la determinación de nuestros políticos y de otros en el afrontar la cuestión”.
“Más de 100.000 niños en Irlanda del Norte viven en la pobreza”, continuó el obispo.
“Esto es inaceptable. Para todos los ciudadanos el horror de esta pobreza debe ser una cuestión fundamental para determinar a que partido o a que político votar en las próximas elecciones”.
Deber de justicia
“Para los cristianos”, observó monseñor Treanor, “considerar esta cuestión como prioridad es un deber fundamental de justicia que deriva directamente del imperativo evangélico de dar prioridad a nuestros cuidados a los ‘pequeños’ de Dios”.
“El objetivo fundamental detrás de todas nuestras decisiones y de nuestras acciones como ciudadanos, incluso de como utilizamos nuestro voto, debería ser el de construir una sociedad digna de la persona humana”.
“Todos los que buscan limitar el papel o el objetivo del credo religioso a la esfera privada minan los principios de la libertad, del pluralismo y de la democracia”, declaró.
“Los cristianos tienen el derecho y el deber de contribuir a la vida cultural, económica, política y social de la sociedad a la que pertenecen”.
“Están llamados a ser ciudadanos activos que trabajan para el bien común a través de su participación a todo lo que contribuye al desarrollo integral de la sociedad y de la persona”.
El prelado afirmó que “esto induce al deber de valorar las opciones en una elección y de elegir a los candidatos o los partidos que apoyan mayormente la dignidad de toda persona, de la concepción de la muerte natural, y del desarrollo integral de la sociedad construyendo al bien común”.
“Todos los cristianos tienen el serio deber de votar en las próximas elecciones de la Asamblea y de usar este voto conforme a la propia conciencia cristiana y a los valores que promoverán el bien común de nuestra sociedad”, concluyó.
